Sin embargo, los jefes del equipo de Tendencias instruyeron explícitamente a los news curators para manipular el módulo de una manera artificial en otro sentido. Si los usuarios no estaban leyendo las historias que el equipo de gestión consideraba importante —explican varios ex trabajadores—, los curadores debían ponerlas igual en el módulo de Tendencias. Varios ex curadores describen el uso de algo que llamaban “herramienta de inyección” para impulsar en el módulo los temas que no estaban siendo compartidos o comentados de manera orgánica como para justificar la inclusión (es decir, poner los titulares frente a miles de lectores en vez de permitir que las historias salgan a flota por sus propios medios). En algunos casos, después de que se inyectara un tema, éste se convirtió en la noticia número uno de las tendencias de Facebook.

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“Nos dijeron que si veíamos algo, una noticia que estuviera en la portada de diez sitios como la CNN, el New York Times y la BBC, entonces podíamos inyectar el tema en la lista”, explica un ex curador. “Si parecía que había suficientes sitios de noticias que cubriesen la historia, podíamos inyectarla aunque no fuese una tendencia natural”. A veces se inyectaban noticias de última hora que no alcanzaban una masa crítica de compartidos en Facebook con la suficiente rapidez para ser considerada tendencia por el algoritmo. Los ex empleados citaron la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines y los ataques de Charlie Hebdo en París como dos casos en los que las historias que no eran tendencia fueron forzadas en el módulo. Facebook ha tenido dificultades para competir con Twitter cuando se trata de entregar noticias en tiempo real a los usuarios; la herramienta de inyección pudo haber sido diseñada para corregir artificialmente esa deficiencia de la red. “Nos echaban una bronca si algo estaba por todo Twitter y no en Facebook”, dice un ex empleado.

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En otros casos, los curadores inyectaban historias que no estaban siendo muy comentadas en Facebook, pero que eran consideradas importantes para que pareciera que en la red se trataban también temas duros. “A la gente dejó de importarle Siria —explica un ex empleado—, [y] si no era una tendencia Facebook quedaba mal”. Ese mismo curador comenta que el movimiento Black Lives Matter se inyectó en el módulo de tendencias de Facebook de manera artificial. “Había una gran presión sobre Facebook por no tener Black Lives Matter como tendencia”, dice esta persona. “Se dieron cuenta de que era un problema y lo impulsaron en la lista. Le dieron preferencia sobre otros temas. Cuando lo inyectamos, todo el mundo empezó a decir ‘sí, ahora lo estoy viendo en el número uno’”. Esta inyección en particular es especialmente importante porque el movimiento #BlackLivesMatter se originó en Facebook, y la cobertura subsiguiente en los medios a menudo tomó nota de su poderosa presencia en las redes sociales.

(En febrero, el CEO Mark Zuckerberg expresó su apoyo al movimiento en un memorando interno que castigaba a los empleados de Facebook por tachar el eslogan Black Live Matters en el muro de firmas de la sede de la compañía).

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Cuando las historias sobre la propia Facebook llegaban a tendencia de forma orgánica, los curadores de noticias actuaban con menos discreción: se les pidió no incluir ninguna de estas historias en absoluto. “Cuando era una historia acerca de la empresa, nos dijeron que no la tocáramos”, explica un ex empleado. “Tenía que pasar por varios canales, aunque se estuviera compartiendo mucho. Nos dijeron que no debíamos colocarlas en la herramienta de tendencias”.

(Los ex empleados entrevistados para este artículo trabajaron para Facebook en un intervalo de tiempo que va desde mediados de 2014 hasta diciembre de 2015.)

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“Siempre fuimos prudentes con la cobertura de Facebook”, explica otro ex empleado. “Siempre esperábamos a obtener una aprobación de segundo nivel antes de poner una tendencia en Facebook. Por lo general teníamos la autoridad de colocar una tendencia por nuestra cuenta, [pero] si era algo relacionado con Facebook, el editor llamaba a su jefe y éste incluso podía llamar a su jefe antes de aprobar un tema que involucrase a Facebook”.

Gizmodo contactó con Facebook para obtener una declaración por cada una de estas afirmaciones específicas por e-mail y por teléfono, pero no recibió respuesta.

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Varios ex empleados dicen que, a medida que el algoritmo de Tendencias mejoraba, había menos casos de historias inyectadas. También dicen que el proceso de las tendencias cambia constantemente, así que no hay modo de saber exactamente cómo funciona el módulo ahora. Pero las revelaciones socavan cualquier presunción de que Facebook funciona como una tubería neutral de noticias, o de que el módulo de tendencias sea una lista de cosas que la gente está comentando impulsada mediante algoritmos.

Por el contrario, los esfuerzos de Facebook para jugar a ser un medio de noticias revelan que la empresa funciona de un modo muy similar a la prensa tradicional que la propia compañía está conduciendo rápidamente hacia la irrelevancia: mediante un grupo selecto de profesionales con ideas vagamente de centro-izquierda. Pero ocurre que Facebook pretende ser un reflejo neutro de la voz del pueblol, tiene el poder de influir en lo que miles de millones de usuarios ven y comentan abiertamente y discute abiertamente si debe usar ese poder para influir en unas elecciones presidenciales.

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“No eran tendencias”, dice el ex empleado que fue anotando las omisiones de noticias conservadoras. “Eran opiniones”.

Actualización (12/05):

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