
En mitad de una maquinaria llena de luces que abarrota un pequeño laboratorio en Shanghai reposa un cilindro de zafito reforzado con titanio con el diámetro de un plato. Se trata de SULF, el primero de una familia de láser tan potentes que podrĂan romper el mismĂsimo espacio y separar materia de antimateria.
SULF (Shanghai Superintense Ultrafast Laser Facility) ya batiĂł el rĂ©cord al láser más intenso del planeta en 2016 con una potencia de 5,3 petavatios (un petavatio son 1.000 teravatios, o sea, unos mil billones de vatios). Un sĂłlo petavatio excede 30.000 veces el consumo elĂ©ctrico medio de toda España. Si SULF no provoca un apagĂłn en todo Shanghai y sus alrededores es porque dispara haces concentrados en un tiempo mĂnimo. Su pulso dura menos de una trillonĂ©sima de segundo.
Los responsables de SULF, el fĂsico Ruxin Li y su equipo no se conforman con este láser. Su objetivo va mucho más allá. Están rediseñando la máquina y para este mismo año pretenden probar un nuevo haz de 10 petavatios, más de 1.000 veces la potencia de todas las redes elĂ©ctricas del planeta.
La cosa no acaba ahĂ. En una cámara a 20 metros de profundidad, Li y sus colegas construyen un nuevo láser llamado SEL (Station of Extreme Light) con una potencia de 100 petavatios. Estará terminado en 2023, y su potencia es algo tan desbocado que se cree suficiente como para separar electrones y protones del mismo aire. Esta separaciĂłn de materia y antimateria se conoce como “romper el vacĂo” y es un modelo teĂłrico. Separados de su atracciĂłn natural, las partĂculas de materia y antimateria generarĂan nuevos pares en un brote de radiaciĂłn gamma inĂ©dito hasta ahora.
Advertisement

Los láseres de esta potencia se usan para probar nuevos materiales o teorĂas de la fĂsica de partĂculas, pero SEL va tan lejos que no se sabe muy biĂ©n lo que puede hacer. Los fĂsicos creen que podrĂa servir para manipular reacciones nucleares de formas completamente desconocidas en una rama nueva de la fĂsica que llaman fotĂłnica nuclear.
No faltan detractores al proyecto de Li, cuyo diseño consideran ambiguo. El fĂsico y su equipo aĂşn tiene que obtener luz verde para el presupuuesto que haga realidad esta máquina. Mientras tanto, otros laboratorios en el mundo avanzan en ls misma direcciĂłn. [vĂa Sciencemag]