
No le he pedido mucho a Fitbit en estos últimos años. Realmente solo le he pedido una cosa: otro Pebble. El smartwatch que duraba días, tenía una buena selección de aplicaciones y no estaba hecho para las muñecas de un jugador de Rugby era una pequeña maravilla. Hoy Fitbit me ha dado lo que quería.
La adquisición de Pebble por parte de Fitbit cobró un giro triste a finales de 2016, cuando quedó claro que la compañía no tenía intención alguna de hacer otro smartwatch como ese. Los fans del smartwatch independiente quedaron notablemente molestos, sobre todo porque sus Pebble acabaron en un cajón cuando terminó el soporte técnico. Con todo, había esperanzas para creer que Pebble, o al menos su esencia se alzaría algún día de entre los muertos. La razón es que Pebble adoptó una porción crucial de Pebble: sus ingenieros y programadores con el fin precisamente de mejorar sus dispositivos y competir con Apple.
En el último año, Pebble no ha sido capaz de hacer realidad esa promesa. El primer smartwatch de la compañía tras la compra de Pebble, el Fitbit Ionic, era feo, y demasiado grande y nació sin soporte a aplicaciones clave (en realidad sin soporte de nada). Hoy, sin embargo, Fitbit ha anunciado el segundo smartwatch de la era post-Pebble, y seguro que atrae a los fans de aquel reloj y a los que buscan una alternativa más barata al Apple Watch.

Fitbit Versa
El Fitbt Versa no se parece mucho a un Fitbit. Solo eso ya es bueno. Se parece mucho al venerado Pebble Time Steel. A primera vista no es una pieza tan refinada como el Apple Watch, pero es más barato que el Series 1, la versión más asequible del reloj de Apple (El Versa cuesta 200 dólares).
El reloj viene con las funciones típicas de los smartwatch actuales: sensor cardíaco que está activo las 24 horas, pero además tiene su propia tienda de aplicaciones. Sacrifica el soporte GPS a cambio de una sólida autonomía de cuatro días o más. La falta de GPS parece una mala decisión. Al fin y al cabo la belleza de los smartwatch es que no necesiten estar conectados todo el rato al móvil. Sin embargo, si eso significa un precio competitivo y una autonomía más larga, bienvenido sea.
Lo que sí tiene el Versa es algo que esperamos tanto de los smartwatch como de los medidores de actividad: puede almacenar hasta 300 canciones en su interior y también sincronizarse con Pandora desde el móvil. También tiene el medidor cardíaco y de sueño como es habitual en los Fitbit con el añadido de una herramienta para seguir el período.
La función es similar a la multitud de aplicaciones de seguimiento del período que ya existen. Puedes seguir los días en el calendario y tratar de determinar tu ciclo habitual. No es algo revolucionario, pero era raro que Fitbit presumiese tanto de cuidar del binestar e ignorase algo que altera radicalmente el organismo de la mitad de la población una vez al mes.
Además de tener un tamaño más contenido y acorde con la mayoría de muñecas, el Fitbit Versa llega en una amplia variedad de colores. Los acabados disponibles (negro,plata, rosa y dorado) lucen bien y combinan con un nuevo catálogo de correas de diferente estilo, incluyendo tela, cuero y metal con diseño milanés. El reloj luce lo bastante bien en cualquier muñeca.
Siendo optimistas, el Versa es un Pebble Time Steel con más inversión tras él, pero la compañía necesita desesperadamente atraer a más público aparte del de los aficionados al deporte y no se puede permitir lanzar un smartwatch solo para nerds. Aunque Fitbit ha tenido que hacer algunas concesiones para lanzar el Versa, su precio y autonomía lo hacen muy atractivo para el público general.
Hasta el software parece mucho más pulido que el del Ionic. La plataforma se llama Fitbit OS y es la respuesta a Pebble OS. Cuando se lanzó en el Ionic no era muy impresionante, pero Fitbit asegura haber hecho un gran esfuerzo por mejorarlo. Tendremos que esperar a comprobarlo en Abril.