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Graban por primera vez a un calamar gigante acechando a su presa antes de atacar

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Imagen: Robinson et al., Deep Sea Res. Part I Oceanogr. Res. Pap., 2021

Los calamares gigantes han sido siempre criaturas tremendamente elusivas, y en muy pocas ocasiones hemos sido capaces de verlos libremente en su hábitat natural. Pero gracias a un nuevo sistema ideado por un grupo de biólogos marinos, hemos podido observar cómo estos animales se comportan y cazan en las profundidades del océano.

Capturar a estas criaturas en directo no ha sido nunca una tarea sencilla para los investigadores. Los calamares gigantes tienen unos ojos muy sensibles a la luminosidad, por lo que las luces que suelen llevar los vehículos submarinos pueden espantarlos con facilidad, y algo similar ocurre con el sonido o la vibración que emiten estos aparatos.

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Pero un equipo de biólogos, liderado por Nathan Robinson, dio con un ingenioso sistema con el que poder grabar los encuentros con estos majestuosos cefalópodos. Para tratar de atraer a estos animales marinos, fue necesario crear un señuelo que imitase el destello bioluminiscente de una de las víctimas favoritas de estos calamares: la medusa Atolla. Una vez conseguido esto, los investigadores decidieron iluminar la zona del cebo con luces rojas. Como los ojos de estos calamares son más sensibles a las longitudes de onda más cortas, este tipo de luces permitían alumbrar la escena de forma que se pudiese observar a estos animales sin molestarles lo más mínimo.

Los encuentros que grabaron los investigadores mostraron varios datos interesantes de cómo cazan estos calamares gigantes. Sorprendentemente, parecían dejarse guiar por los estímulos visuales del señuelo bioluminiscente en vez de por el cebo olfativo que habían colocado a su lado los biólogos, y que sí que consiguió atraer a otras especies marinas.

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Pero lo que más extrañó al equipo de Robinson fue que el especimen estuvo analizando la zona durante seis minutos antes de atacar, lo que sugiere que estaba acechando a su “presa” antes de lanzarse a por ella, algo que no se corresponde con lo que habían expuesto otras investigaciones sobre los calamares gigantes.

“Aunque nuestro señuelo bioluminiscente parece ser una herramienta eficaz para atraer a especies de cefalópodos, futuros estudios podrían evaluar si señuelos de diferentes intensidades, colores o patrones de luz varían en su capacidad para atraer a diversos taxones de cefalópodos en aguas profundas” concluían los investigadores en su artículo. [Vía: ScienceAlert]