“El diablo está en los detalles” pienso mientras entro en la cámara estéril. Todo lo que llevo conmigo, desde mi teléfono hasta el trípode, debe limpiarse con toallitas desinfectantes. Necesitas ponerte un traje especial de la cabeza a los pies. Si te pones mal los guantes, debes tirarlos y abrir un par nuevo.
Bajo ningún concepto puedes tocar tu piel desnuda con esos guantes: podrías recoger grasa, células muertas de la piel y quién sabe qué más. Sentí que pasé casi el mismo tiempo preparándome para entrar en esa sala que dentro de ella, pero probablemente sea porque tuve que cambiar de guantes muchas veces.
Ese es el pequeño precio que hay que pagar por visitar una cámara digital de 3.2 gigapixeles, la más grande jamás construida. Es del tamaño de un coche pequeño, con un plano focal del tamaño de una mesa. Esa cámara digital estará dentro del Large Synoptic Survey Telescope (TSST), actualmente en construcción, que se ubica en lo alto de las estribaciones andinas en Chile. La cámara permitirá que el telescopio realice una tarea tan monumental como su tamaño: fotografiar todas las noches las estrellas para crear dos imágenes completas por semana de todo el cielo del hemisferio sur. Los científicos que hay detrás de este proyecto buscan entender la naturaleza de la materia oscura, de la energía oscura y de otra serie de misterios astronómicos.
El LSST realizará el mapeo más avanzado del mundo del cielo nocturno. A diferencia del telescopio espacial Hubble, que centra su atención en objetos individuales o en pequeñas zonas del cielo, el LSST configurará una escena de todo el cielo nocturno. Una luz que aparece de repente en la oscuridad podría ser una supernova, y otros cambios podrían indicar la presencia de materia oscura, el misterioso andamiaje gravitatorio del universo, o de la fuerza que se encarga de expandirlo, conocida como energía oscura.
A lo mejor te preguntas qué hace que este mastodonte sea considerado una “cámara digital”. Prueba a dividir una cámara digital en sus componentes: una lente dirige la luz hacia un sensor, convierte la luz en una señal eléctrica y luego el resultado se transforma en una serie de datos que almacenas en tu ordenador. El sensor de la cámara de tu iPhone tiene alrededor de 7 o 12 megapíxeles, mientras que una cámara réflex digital puede tener entre 18 y 50 megapíxeles. El LSST tendrá 189 chips de 16 megapíxeles, todos alineados en un mismo plano.
Las cámaras corrientes y molientes suelen emplear sensores “CMOS”, mientras que los LSST son CCD (Charge Coupled Device). Son ligeramente diferentes: los CMOS esencialmente tienen cables para enviar los electrones a cada píxel, mientras que los CCD mueven la carga de forma que sea leída en otro lugar del chip. Los CCD son normalmente más caros y consumen mucha más energía que los sensores CMOS, pero también tienen menos ruido y son menos propensos a mostrar destellos involuntarios.
Los sensores son introducidos en un criostato que los mantiene en vacío a -100 grados Celsius. Esto evita que aparezca ruido extra, y mantiene el polvo lejos de los sensores, por eso también tuvimos que ponernos esos trajes especiales. También hay una serie de espejos para recoger la luz que enfocan las lentes. La lente más grande de la LSST mide 1,55 metros.
La cámara generará una gran cantidad de datos, casi 15 terabytes cada noche. Las computadoras procesan esos datos en el acto, y la fibra óptica de alta velocidad los envía desde el telescopio hacia Estados Unidos. Los datos finales estarán disponibles para todos, no solo para los científicos del ESO.
Pero el LSST no se encarga de todo. Cuando detecte algo interesante, otros telescopios, como algunos que capturan luz infrarroja o ultravioleta, pueden apuntar a ese mismo lugar para aprender más. Así que sí, se trata de una cámara digital en todos los sentidos de la palabra, pero no una con la que puedas sacarle fotos a tu comida.