Cuando asistí a la presentación del Huawei Mate 20 Pro en Londres no daba crédito a lo que ocurría en el escenario. El CEO de la compañía, Richard Yu, desgranaba una función tras otra del smartphone en un festival de novedades que parecía no tener fin. El terminal lo tenía todo.
Lo que acabo de decir no es ninguna exageración. Hagamos un brevísimo repaso a algunas de las funciones del Mate 20 Pro anunciadas en aquella presentación (siguiendo el orden en que fueron presentadas):
- Pantalla curvada AMOLED sin marcos (con notch)
- Sensor de huellas bajo la pantalla
- Doble SIM (o SIM + tarjeta de memoria)
- Doble altavoz invisible
- Resistente al agua IP68
- Procesador de ocho núcleos dotado de IA
- Recepción mejorada de las antenas
- WiFi mejorada
- GPS Mejorado
- Batería de ultra larga duración (4.200mAh)
- Carga rápida (40 vatios)
- Carga inalámbrica
- Carga inalámbrica inversa entre dispositivos compatibles
- Triple cámara con óptica 16-270mm
- Desbloqueo facial por cámaras 3D
- Selfies de 24Mpx
Para un segundo a meditar sobre lo que acabas de leer. Si en lugar de Huawei esas novedades las hubiera presentado Apple, Jack Dorsey se hubiera visto obligado a repartir personalmente baberos virtuales por todo Twitter.
Ha pasado casi un mes desde aquella presentación. Durante esos 30 días, el Mate 20 Pro ha sido mi móvil principal. ¿Qué tal funciona? ¿Cumple lo que prometía en la presentación? ¿Dónde han quedado exactamente esas novedades? A continuación trataré de responder esas preguntas.
Diseño perfecto
Mi idea de smartphone perfecto desde el punto de vista de diseño se resume en un rectángulo de cristal negro uniforme y con el mínimo de detalles que rompan la continuidad de su superficie. Mi rollo es un monolito negro como el vacío del espacio en el que no se aprecie ningún detalle hasta que se active. Hay muchos terminales que se acercan a este ideal, pero el P20 Pro va un paso mas allá extremadamente satisfactorio para los sujetos obsesivos compulsivos como el arriba firmante: es simétrico.
Tanto la parte frontal, como la posterior son simétricas de izquierda a derecha. Las tres cámaras y el flash se han concentrado en un bloque cuadrado situado en el centro del móvil. Hay personas que no valoran este tipo de detalles, pero para mí son sinónimo de perfección y sobre todo de amor por las cosas bien hechas. La belleza de esta solución queda más patente si la comparamos con modelos asimétricos o despropósitos visuales como las cámaras del Galaxy Note 9. Me he permitido añadir líneas a las fotos para ilustrar mejor mi punto.
Por supuesto, hay detalles como el botón de inicio que rompen la monotonía del rectángulo cristalino infinito, pero hasta ese botón está bien diseñado, con un tono rojizo que permite diferenciarlo visualmente y un tamaño ligeramente más protuberante que permite distinguirlo al tacto del de los controles de volumen. Todo en el Huawei Mate 20 Pro apunta a que, en algún momento, un grupo de personas obsesionadas con los detalles se reunieron para diseñar un móvil, y el resultado es amor del bueno.
A nivel de ergonomía, la pantalla curva del Mate 20 Pro lo hace muy cómodo de sujetar y de llevar en el bolsillo. Por aportar un detalle tonto pero muy ilustrativo. Después de unos días de uso, todos mis pantalones terminan con una marca clara rectangular en el lugar donde suelo llevar el móvil (un iPhone 7). El Huawei Mate 20 Pro tiene los bordes tan biselados y es tan fino que la huella ya no se marca.
Un detalle interesante es que el cristal de la parte posterior no es tan resbaladizo como parece ni se mancha con muchas huellas. Lo que ya no es tan genial es que los marcos que rodean la pantalla son tan finos que a veces activas una opción sin querer con la mano. Es cierto que el problema es mío y de mis manazas. Probablemente a alguien con manos finas nunca le pase.
Pantalla, notch y sensores
La pantalla del Mate 20 Pro es simplemente gloriosa. Se ve perfectamente bajo cualquier condición de luz y los colores son vibrantes sin caer en lo chillón o virar hacia alguna tonalidad. La nitidez de texto es impresionante también incluso en tamaños de letra diminutos, lo que lo convierte en un estupendo lector de libros electrónicos si reduces el brillo para no cansar los ojos.
La única pega, por poner alguna, es que el ajuste automático de brillo no siempre mide la luz del entorno con la suficiente rapidez y ello se traduce en breves momentos en los que la luz de la pantalla es insuficiente. Nada que no se pueda solucionar ajustando el brillo manualmente. La batería (de ella hablaremos luego) lo resiste de sobra.
En cuanto al notch, es ancho, pero no especialmente alto. Nunca he sido fan de esta solución para reducir los márgenes de la pantalla, pero lo cierto es que en unas pocas horas se te olvida completamente que está ahí.
Desbloqueo a elegir
Huawei aprovechó la edición Porsche del P20 Pro para probar su sensor de huellas bajo la pantalla y lo ha integrado ya con plena confianza en el Mate 20 Pro. Es una de esas tecnologías que se cuela en tu vida de manera tan rápida que un día lo miras y te preguntas cómo eran los móviles antes de tener el sensor ahí. En estado de reposo, la pantalla muestra un pequeño icono en el lugar en el que tenemos que poner el dedo y de hecho es una posición mucho mas accesible que el botón tradicional bajo la pantalla. El desbloqueo es rápido y muy preciso, aunque puede despistarse si tienes los dedos sucios o húmedos.
Con todo, mi favorito sigue siendo el desbloqueo facial. Levantas el móvil y se desbloquea al instante. Funciona en la más completa oscuridad y hasta en posturas raras como tumbado de lado. También reconoce a la persona con o sin gafas. En el improbable caso de que no nos reconozca solo tenemos que pulsar la pantalla dos veces para volver a intentarlo. No me ha pasado nunca que se equivoque por segunda vez.
En caso de que todo falle siempre nos queda el código numérico, pero las opciones biométricas del Mate 20 Pro realmente funcionan tan bien que corres el riesgo de olvidarlo si no reinicias muy a menudo.
Sonido
Una de las ideas mas brillantes que Huawei ha tenido con el Mate 20 Pro (de nuevo habla el loco de las simetrías y las superficies sin rupturas) ha sido hacer los altavoces invisibles. Están ubicados en la parte inferior del móvil, pero si te fijas en esa parte no los encontrarás. Tan solo verás el compartimento de las SIM. ¿Dónde están si el sonido sale por ahí?
La respuesta es en el Puerto USB-C. Los ingenieros de Huawei han aprovechado la cavernosa apertura del conector para canalizar el sonido de los dos altavoces hacia el exterior en un esquema en forma de T. La ingeniosa solución además hace que el sonido salga un pelo más potenciado al usar el propio puerto como caja de resonancia. Sigue siendo un altavoz de móvil. (No esperes milagros) pero suena muy limpio y con la potencia suficiente como para tener que bajar el volumen porque a tope sencillamente está demasiado alto. Tan solo se le puede reprochar un exceso de filo en las notas metálicas. Algo más de graves hubieran venido bien.
Otro detalle en el que que más de uno ya habrá pensado: si ponemos música con el cable USB-C conectado se escucha un poco más bajo, pero aún a un volumen aceptable. Eso sí, apoyar el dedo contra el puerto equivale a silenciar el dispositivo, lo que puede ser un inconveniente en algunos juegos al sujetar el teléfono en horizontal.
Rendimiento
Después de que Huawei haya admitido que modifica el rendimiento de sus terminales cuando se ejecutan test sintéticos mencionar los resultados de esos test tiene menos sentido que nunca. Sirva resumir el tema en una idea: ejecutar juegos gráficamente exigentes como Asphalt 9 Legends o N.O.V.A Legacy es un paseo. No hay tirones ni calentamiento en el terminal incluso después de rato jugando. Como nota anecdótica, algunos juegos mantienen el notch, y otros añaden una banda negra para hacer la pantalla regular.
Seguramente haya formas de saturar el procesador, pero ninguna de ellas forma parte de un uso normal. El terminal lleva un procesador HiSilicon Kirin 980 de 7 nm y ocho núcleos. Dos de esos núcleos son Cortex-A76 a 2.6 GHz, otros dos son Cortex-A76 a 1.92 GHz, y los cuatro restantes son Cortex-A55 a 1.8 GHz. La RAM asciende a 8GB en el modelo que he probado.
Un nuevo formato de tarjeta de memoria
El Huawei Mate 20 Pro tiene un habitáculo para dos SIM, pero si no necesitamos manejar dos líneas simultáneamente podemos usar una sola SIM y usar la otra ranura para una tarjeta de memoria. Para que esto sea posible Huawei no ha tenido otro remedio que diseñar su propio formato diferente de la MicroSD tradicional. Se llama Nano Memory Card y soporta hasta 256GB con transferencia a alta velocidad (90MBps).
¿Es crear un formato propietario de almacenamiento una buena idea? Es difícil decirlo. Sony lo intentó con las tarjetas Memory Stick y no salió bien, pero sería hipócrita aplaudir soluciones propietarias de otras compañías como el Thunderbolt de Apple y no hacerlo también ahora. Huawei ha tomado una decisión valiente y optado por una solución muy ingeniosa que permite compaginar lo mejor de tener dos SIM (algo muy común en los mercados asiáticos) con tener espacio para memoria adicional. Si funciona o no es algo que solo el tiempo y el mercado decidirán.
Hablando de tomar decisiones, Huawei es de los fabricantes que ha optado por retirar el puerto de auriculares. Los melómanos encontrarán el consuelo que buscan en la propia caja del Mate 20 que incluye un adaptador USB-C a Minijack. No obstante sigo recomendando que prueben auriculares inalámbricos tan soberbios como los Sony WH-1000XM3.
Batería y carga
¿Se agota la batería del Huawei Mate 20 Pro en algún momento? ¿Han canalizado algún tipo de portal dimensional de bolsillo hacia una dimensión de la que extraen electricidad infinita? Lo de la batería de este teléfono no es ni medio normal. Llevo un mes con él y me ha costado horrores agotar la batería para que llegue con menos del 30% al final de la jornada. Cuando hablo de horrores me refiero a cosas como ver una película HD completa (1:45) con la pantalla a tope de brillo (consume alrededor de un 15% del total). En los fines de semana suelo estar menos pendiente del móvil y el Mate 20 Pro llegaba a la mesita de noche con un inaudito 80% restante. Impresionante.
Si usas el móvil con insistencia, te llevará dos días completos agotar la increíble resistencia de estos 4.200 mAh. No es solo una cuestión de batería, la gestión energética del procesador y la pantalla AMOLED son excelentes. No encuentro otra explicación que no implique la palabra brujería.
Hablando de brujería: 70% de batería en solo treinta minutos conectado a su cargador de 40 vatios. Comprobado. En realidad fue un 67%, pero da igual. Es una barbaridad. La cara B de esto es que el cargador que viene con el teléfono es enorme y pesa mucho comparado con los de otras marcas.
En cuanto a la carga inalámbrica, no he podido comprobar si calienta en exceso el terminal o cómo es de efectiva. La carga entre dispositivos ocupaba un pequeño stand en la presentación y funcionar, funciona. Es una idea excelente para darle a alguien un “shot” de energía en momentos desesperados. Además no solo es compatible entre los Mate 20. Funciona para cargar cualquier dispositivo compatible con el estándar Qi, sea otro teléfono o un accesorio dotado de este formato de carga inalámbrica.
Una cámara llena de funciones con las que jugar
Para entender la cámara del Mate 20 Pro tenemos que remontarnos a la del P20 Pro. Ambos móviles usan tres cámaras completas con diferentes sensores y ópticas. Esos tres ojos trabajan en conjunción para ofrecer no solo diferentes encuadres sino a veces efectos como el famoso bokeh en retratos. Hay tres diferencias importantes entre ambos móviles:
- El Mate 20 Pro ha cambiado el sensor monocromo del P20 por un gran angular que permite sacar con un campo visual estratosférico. Obviamente esas tomas tendrán un efecto ojo de pez bastante acusado, pero eso no les resta un ápice de espectacularidad. El nuevo sensor también esconde un as en la manga: la capacidad para tomar fotos en modo ultramacro a solo 2,5 cm del objetivo.
- El segundo cambio es que el Mate 20 amplia el telefoto a un zoom óptico de cinco aumentos sin pérdida de calidad. La estabilización sigue siendo un problema con el zoom a tope, pero el procesado de imagen es mucho más natural que en el P20 Pro.
- Finalmente, el Mate 20 Pro incorpora el nuevo sistema de procesado de imagen por IA Huawei’s Master AI 2.0. El nuevo cerebro de imagen no solo es capaz de burradas como combinar hasta 10 fotos en RAW con el modo Ultra HDR. Su principal ventaja es que ya no retoca las fotos en modo “escopeta maquilladora de Homer”. Los colores son mucho más naturales y menos saturados. Los resultados nocturnos siguen siendo irreales en el sentido de que ve más luz y color que nuestros propios ojos, pero la cámara del Mate 20 Pro es mucho mejor en todos los sentidos que la del P20, que ya era impresionante.
El detalle más fantástico de la cámara del Mate 20 es la aplicación que la gestiona. No solo integra un modo manual completo con el que jugar, sino que automatiza efectos que son bastante complejos de obtener para una persona no iniciada en fotografía como el difuminado de agua o las estelas de luz en modo noche. Un detalle muy interesante de la fotografía computacional en el Mate 20 Pro es que muestra los resultados en tiempo real. Las estelas de luz, por ejemplo, se van viendo a medida que el sensor las registra.
El modo retrato es muy bueno y permite introducir diferentes efectos de filtro en el modo bokeh, o entornos de iluminación fantasiosos pero divertidos de usar. Existe también un modo de apertura variable que permite alterar el efecto bokeh a voluntad, sea o no un retrato.
Todos estos efectos son gestionados con bastante acierto por el modo automático, pero no está exento de errores. En una toma de macro extremo con poca luz, por ejemplo, el Mate 20 me aplicó el modo subacuático. En otra toma de un semillero en modo macro aplicó el modo de vegetación.
En general puedes confiar en que el cerebro de imagen del terminal hará bien su trabajo, pero hacerlo es un desperdicio. Las cámaras del Mate 20 invitan a jugar, a probar nuevos efectos por ridículos que parezcan (bokeh de corazones... wtf) y a trastear con los modos manuales. Es difícil decir si es mejor cámara que la del Pixel 3XL o la del Note 9, pero desde luego está a la altura de ambos terminales y no defrauda en ningún momento.
La nueva Samsung
En mayo de 2011 llegó a mi casa un móvil para hacer el correspondiente análisis. Recuerdo haber paseado por Madrid Río con aquel terminal en la mano pensando: “Realmente lo han conseguido. Tienen el mejor móvil Android de 2011 con diferencia”. Aquel móvil Era el Samsung Galaxy SII.
Han pasado muchos años de aquello y Samsung se ha mantenido como uno de los fabricantes de referencia en telefonía móvil. Cuando digo que Huawei se ha convertido en la nueva Samsung es porque probar el Mate 20 Pro me ha evocado exactamente la misma sensación.
Para mi gusto, y con sus deficiencias (menores, pero las tiene), el Mate 20 Pro es el mejor Android de 2018 porque es el que más riesgos corre y el que más “innovación” ha puesto sobre la mesa. Huawei ha logrado embutir tantas buenas ideas en un solo móvil que resulta sorprendente que no haya explotado por el camino. No hablo de ideas originales o estrictamente nuevas. Hablo de buenas ideas, que es muy distinto. La innovación también es eso.
La compañía ha logrado algo muy notable en el mundo de la telefonía móvil. Es el único fabricante chino que se ha posicionado de manera estable en el segmento de smartphones tope de gama en lugar de seguir compitiendo en precio/prestaciones como Xiao Mi, Oppo o ZTE. Además, lo ha logrado en apenas seis meses con dos puñetazos en la mesa llamados Huawei P20 Pro y Huawei Mate 20 Pro.
El mito de los móviles chinos
Existe la arraigada creencia popular de que los móviles chinos son, en general, de menor calidad que sus contrapartidas de otros países. Se piensa que resisten peor el paso del tiempo y que, aunque sus características sean buenas sobre el papel, su fabricación es mas “chapucera”.
Esta idea quizá fuera cierta hace diez años. De hecho, recuerdo que el popular prejuicio se aplicaba también a Samsung en los tiempos de los primeros Galaxy. Sea como fuere, es una creencia que debería desterrarse, al menos en lo que aplica a Huawei. La compañía ha alcanzado su madurez y, si sigue por este camino, nos esperan grandes cosas. El Mate 20 Pro grita “calidad” por los cuatro costados y, al menos en el mes que me ha acompañado, merece el calificativo de supermóvil.