
El S6 MaxV es el modelo más potente y avanzado de Roborock. No se cuenta entre los robots aspiradores más baratos que hay ahí fuera, pero es tan sencillo de configurar y de mantener que merece la pena. Eso por no mencionar que además es de los pocos que realmente aspira con fuerza y que friega. En Gizmodo en Español hemos pasado un par se semanas con él.
Comencemos por un repaso a sus características técnicas. El S6MaxV es ligeramente más grande (9,6cm de altura x 35cm de diámetro) que otros aspiradores robot incluyendo modelos tan potentes como la Roomba i7+. Parte de la culpa se la lleva el peculiar módulo elevado que alberga parte el LIDAR. En realidad el mayor tamaño es completamente irrelevante a menos que queramos que pase bajo un sofá extraordinariamente bajo. La S6 MaxV se las apaña estupendamente para llegar a todos los rincones y debajo de casi todos los muebles.
A nivel de navegación, la Roborock S6 MaxV cuenta con dos cámaras capaces de registrar su entorno en visión estereoscópica a 30fps y el LIDAR antes mencionado. Una de las cámaras tiene sensor infrarrojo, por lo que el robot también ve perfectamente (en blanco y negro) en la oscuridad.

Una de las cosas más divertidas del S6 MaxV es que la aplicación que lo gestiona permite seguir en el móvil lo que el robot está viendo. Basta con entrar en el modo vídeo para ver por dónde está pasando y controlar sus movimientos para espiar inadvertidamente lo que sucede en nuestra propia casa. Roborock asegura que todas las operaciones que el robot necesita para moverse se realizan a nivel local en el chip Qualcomm APQ8053. En otras palabras, que lo que vemos por sus cámaras ni siquiera se sube a ningún servidor, por lo que salvo que alguien lo hackee desde nuestra propia wifi no deberíamos tener preocupación por la privacidad más allá de los que tengan acceso físico al robot y a la wifi de casa.

Además de las cámaras, la parte inferior está llena de de sensores para detectar obstáculos, cables o desniveles. Todo este racimo de sensores está gobernado por algo que Roborock llama ReactiveAI. Bajo este nombre se oculta una red neural integrada a nivel local que reconoce los objetos y actúa en consecuencia.

A medida que al S6 MaxV exploraba mi casa por primera vez, el robot efectivamente iba marcando puntos en el mapa con diferentes iconos para señalizar la posición de cables u otros objetos problemáticos en el suelo. La IA hasta ha sido programada para reconocer cacas de perro y así evitar un problema realmente desagradable que tenían las Roomba y otros robot aspiradora. El sistema funciona tan bien que hasta evita lo que no sabe qué es. Si se topa con un objeto que no es capaz de reconocer como un juguete, el robot simplemente lo evita por si acaso.

¿Tiene algún punto débil ReactiveAI? Sí, y son los objetos que decide que no son un obstáculo. Cuando el robot decide que puede pasar por encima de algo puede ser extremadamente terco en su empeño. Esto fue precisamente lo que me pasó con el paño que rodea el árbol de Navidad. Tuve que separar manualmente al robot porque se enzarzó en feroz batalla con la tela, empeñado en llagar al centro del árbol. Quizá estaba enfadado con Santa por no haber recibido regalos.
La zona prohibida
Las alfombras, en teoría, no están consideradas un obstáculo, pero como ya sabrán los habituales de Gizmodo, la alfombra de mi salón es una trampa para robots aspiradora. Probablemente tiene el pelo demasiado largo y es muy gruesa. Eso combinado con una mesa demasiado baja, ya fue una trampa mortal para la Roomba i7+. Ahora también lo ha sido para la Roborock S6 MaxV, pero por motivos diferentes. El robot se empecinó en quedarse en un punto de la alfombra, probablemente porque no lograba salir de ahí, y al final logró que uno de los pelos de lana de la alfombra se enredara en el cepillo auxiliar. Tuve que apagar el robot y desenredar la fibra.
El proceso no me llevó un par de minutos, pero certifica que seguimos sin tener un robot aspirador cien por cien inmune a los obstáculos de casa. Llegado este punto es donde brilla con luz propia la función de la aplicación que permite definir áreas del mapa donde el robot tiene prohibida la entrada. Es extremadamente intuitiva de usar. Tan solo hay que dibujar la forma de la zona donde no queremos que se mete sobre el mapa y el robot la respetará escrupulosamente hasta el punto de que, si ya estaba dentro de ella cuando la dibujamos, se negará a moverse a menos que lo saquemos nosotros.

La función es solo un ejemplo de una de las cosas que más me han gustado del S6 MaxV (y algo que es extensible al resto de robots de Roborock): su aplicación es extremadamente intuitiva y fácil de usar hasta el punto de que resulta divertido hacerlo.
El segundo punto importante es que esa facilidad de uso se extiende al propio robot. El S6 MaxV es sencillo de usar y de limpiar. Su depósito de 430 mililitros nos concede un cierto plazo antes de que tengamos que vaciarlo, pero ese plazo depende exclusivamente de cómo de sucia esté la casa. Por fortuna es muy fácil de vaciar. Roborock recomienda limpiar el depósito y los cepillos una vez a la semana con un uso normal, y el filtro de partículas una vez cada dos semanas.
La batería es otro de sus puntos fuertes. Dura bastante más de una hora (116 minutos) antes de que el nivel de energía descienda a menos del 20% y el robot interrumpa sus tareas para regresar a la base a “comer”. Una hora es bastante más de lo que necesita para limpiar una casa de tres habitaciones moderadamente sucia.
La función de mopa
Además de aspirar, el S6 MaxV tiene una función de mopa por la que pasa un paño húmedo por el suelo para dejarlo aún más limpio. La función se activa automáticamente cuando le conectamos el depósito de agua de 300ml a la parte inferior y funciona por gravedad. El agua va goteando por un conducto para humedecer una mopa extraíble que es la que limpia el suelo. Obviamente esta mopa sí que recoge cualquier cosa que haya en el suelo, así que el fabricante recomienda encarecidamente usar la función cuando el robot ya haya quitado lo peor aspirando.
No puedo decir que funcione mal, pero me pasa lo mismo que con otros robots aspiradores con función de fregar suelos. Los componentes del robot prohíben el uso de productos de limpieza porque podrían dañar el dispositivo y no me siento del todo cómodo fregando solo con agua. De todos modos el sistema de fregado de este robot y de cualquier otro no es una limpieza intensiva y en ningún momento te va a librar de tener que darle a la fregona en alguna ocasión. Es mejor considerar la función de mopa como una forma de eliminar más concienzudamente el polvo del suelo para prolongar el tiempo que podemos dejar pasar hasta la siguiente vez que empuñemos la fregona con brío. Ayuda, pero no sustituye.

En resumen
El mayor pecado del Roborock S6 MaxV es que no es el modelo más barato que hay en su línea de prestaciones (Ahora mismo cuesta 649 euros en Amazon). Es más barato que las Roomba de iRobot o que los modelos de Ecovacs equivalentes, sí, pero hay algunos robots como el Proscenic M7 Pro que tienen la misma potencia y son un poco más asequibles.
Precio aparte, el S6 Max V es una alternativa muy sólida a considerar. Es silencioso, resistente y aspira con mayor potencia que la media de robots. También friega, si es eso lo que buscas, y es uno de los robots aspiradores más sencillos de usar y de mantener que he tenido el placer de probar. Su mayor problema es que puede ponerse algo territorial con algunos obstáculos. Por fortuna la aplicación permite domarlo hasta que nos deja la casa perfecta sin querer comerse nada de lo que hay en ella. Muy recomendable.