Volviendo a Cuba, la batería de misiles S-75 no suponía ninguna amenaza para territorio estadounidense, pero hizo sonar todas las alarmas en Washington porque significaba que la Unión Soviética estaba desplegando tropas en la isla caribeña.

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Efectivamente, dos vuelos posteriores en aviones U2 revelaron que Moscú había desplegado en Cuba misiles de medio alcance R-6 con capacidad para ojivas nucleares. Por fortuna, el presidente rudo Nikita Khrushchev logró llegar a un acuerdo con John F. Kennedy y la crisis quedó en nada. Desde entonces, la imagen ha pasado a la posteridad como precursora de malas noticias. El sistema S-75 Dvuina es uno de los más usados por ejércitos en todo el mundo. [Science Channel vía Popular Mechanics]