
De entre todas las historias de osos conocidas, pocas tan extrañas como la de Cocaine Bear, también conocido como Pablo EskoBear. De hecho, el relato de lo ocurrido con el animal se va a convertir en película con Elizabeth Banks como directora. Esta fue la historia del oso que se zampó kilos de cocaína.
Para ello, debemos remontarnos al 11 de septiembre de 1985 en Knoxville, Tennessee. Esa mañana, un anciano se despertó con un fuerte ruido frente a su casa. Al salir se encontró el cadáver de un hombre en la entrada. Y no uno cualquiera: el cuerpo estaba atado a un paracaídas y portaba unas gafas de visión nocturna junto a varias pistolas.
La policía lo identificó como Andrew Thornton, un ex oficial de narcóticos convertido en paracaidista contrabandista. El hombre había estado volando en una ruta de drogas desde Colombia dejando contenedores de plástico llenos de cocaína en el Bosque Nacional Chattahoochee.
Sin embargo, aquel día algo falló. Thornton, quien había recibido un Corazón Púrpura en el pasado, había puesto el avión en piloto automático antes de saltar. Debía entregar la cocaína una vez que aterrizara a salvo en Kentucky, pero mientras que el avión se estrellaba a 96,5 kilómetros de distancia, su paracaídas no se abrió en el salto y falleció tras el impacto con el suelo.
Tres meses después, en el Bosque Nacional Chattahoochee en Georgia, cerca de donde se encontró el avión, un guardabosques descubrió un oso negro de 79 kilos rodeado por 40 paquetes de plástico abiertos que contenían rastros de cocaína. A pesar del tonelaje del animal, no fue rival para los más de 30 kilos de cocaína que solían albergar los paquetes. El oso había muerto por sobredosis, y como explicó el médico forense que realizó la necropsia del oso:
Su estómago estaba literalmente lleno hasta los topes de cocaína. No hay ningún mamífero en el planeta que pueda sobrevivir a eso. Hemorragia cerebral, insuficiencia respiratoria, hipertermia, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular. Lo que sea, ese oso lo tenía.
Una vez terminada la autopsia, al animal lo sometieron a taxidermia y comenzó un extraño viaje a través de varios propietarios diferentes. Finalmente, el cuerpo de Pablo EskoBear acabó en el centro de visitantes en el Área Recreativa Nacional del Río Chattahoochee. [Kentucky for Kentucky]