
Lo que ves arriba es la madre de todos los hacks espaciales, un invento improvisado que salvó la vida de los astronautas del Apolo 13 cuando regresaban de emergencia a la Tierra. La foto se tomó justo durante ese vuelo de retorno con una de las cámaras Hasselblad de la tripulación. ¿Qué es y cómo lo construyeron?
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La misión del Apolo 13 fue la séptima tripulada del Programa Apolo y la tercera con intención de alunizar. No fue posible. La explosión de un tanque de oxígeno en el módulo de servicio hizo que el centro de control cancelara los planes. Los astronautas se movieron al módulo lunar para ahorrar la energía que luego necesitarían para entrar de nuevo en la atmósfera terrestre.
El problema con ese plan es que el módulo lunar estaba diseñado solo para acoger a dos personas durante 36 horas, no 3 astronautas durante 96 horas. Se dieron cuenta de que el aire se estaba saturando peligrosamente de dióxido de carbono, lo cual ponía sus vidas en peligro. Tenían que reemplazar los extractores circulares de CO2 del módulo lunar por unos limpios, pero solo tenían extractores extra en el módulo de comando, y con otro diseño cuadrangular.
En tiempo récord, los ingenieros de la unidad de sistemas de la misión Apolo 13, en Tierra, crearon un adaptador improvisado utilizando todo tipo de componentes que los astronautas tenían disponibles, desde la tapa de un manual de vuelo hasta calcetines. El objetivo era unir los extractores/contenedores cuadrangulares del módulo de comando con los circulares del módulo lunar, transportando el aire a través de una manguera improvisada. A este “invento” se le llamó “buzón”.
La unidad de control en Tierra transmitió a los astronautas las instrucciones de cómo montar todo eso en tiempo récord. Puedes consultar esas instrucciones, paso a paso, aquí (en inglés). Las imágenes reales (y ficticias, de la película Apolo 13) son ya parte de la historia de la exploración espacial.







