
El año pasado hablamos de los conseguido por los investigadores de la Universidad de Purdue logrando una nueva fórmula para la pintura más blanca del mundo, la cual era capaz de reflejar un 98,1% de toda la luz que la golpea. Ahora, el mismo equipo ha logrado una versión que es más delgada y liviana, ideal para usar en automóviles, trenes y aviones.
Tal y como explican, el nuevo material presenta nitruro de boro en forma de nanoplaquetas hexagonales y ofrece una reflectancia solar del 97,9 %, algo por debajo del original, aunque en capas de solo 150 micras de espesor. Dicho de otra forma, la nueva pintura no solo es más fina, sino que también tiene una menor densidad y, por tanto, pesa alrededor de un 80 % menos.
Según George Chiu, profesor de ingeniería mecánica de Purdue:
Este peso ligero abre las puertas a todo tipo de aplicaciones. Ahora esta pintura tiene el potencial de enfriar los exteriores de aviones, automóviles o trenes. Un avión sentado en la pista en un caluroso día de verano no tendrá que hacer funcionar el aire acondicionado con tanta fuerza para enfriar el interior, ahorrando grandes cantidades de energía. Las naves espaciales también tienen que ser lo más ligeras posible, y esta pintura puede ser parte de eso.

Si el desarrollo del año pasado suponía un avance en materia de eficiencia energética, con el nuevo trabajo se amplía el horizonte. De hecho, están en conversaciones para comercializar su pintura y, habiendo presentado patentes para la tecnología, las posibilidades son enormes.
Para Ruan, “el uso de esta pintura ayudará a enfriar las superficies y reducirá en gran medida la necesidad de aire acondicionado. Esto no solo ahorra dinero, sino que reduce el uso de energía, lo que a su vez reduce las emisiones de gases de efecto invernadero”, zanja. [NewAtlas]