
Costa Rica y Dinamarca tienen un nuevo plan para salvar el mundo: dejar de extraer combustibles fósiles. En un anuncio histórico en las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima de este jueves, los países dieron a conocer a los primeros firmantes de la BOGA, la ‘Alianza Más Allá del Petróleo y del Gas’.
La premisa de esta alianza es simple. Los países deben crear un plan para poner fin a la extracción de combustibles fósiles. No hay una mejor forma de poner fin a esta crisis climática. La extracción y la quema de petróleo, gas y carbón ha desencadenado cambios catastróficos en la biosfera que nos sustenta. Poner fin a su uso como impulsores de la economía mundial es una forma de garantizar que no se produzcan más daños.
“Realmente necesitamos acelerar la acción”, dijo la ministra de Ambiente y Energía de Costa Rica, Andrea Meza, en una conferencia de prensa. “Hemos estado abordando el lado de la demanda. Pero tampoco podemos dejar ahí el lado de la oferta. Necesitamos tener esta conversación... y sabemos que no va a ser una discusión fácil”.
El dúo de estos dos países ya proclamó durante el verano su idea, y desde entonces ha estado trabajando para reunir apoyos. El jueves, dieron a conocer a los primeros miembros de la Alianza, entre los que se incluyen Francia, Irlanda, Suecia, Gales, Groenlandia y Québec como miembros de pleno derecho. California, que tiene un largo historial de extracción, y Nueva Zelanda se han unido como “asociados” que han mostrado interés en terminar con la extracción, pero que aún no han elaborado sus planes para dejar de extraer petróleo, gas, y carbón de la tierra. Y por último también está Italia, que figura como país amigo.
“Para comenzar a sanar la catástrofe climática que hemos creado, primero debemos dejar de excavar nuestro camino hacia la destrucción”, dijo Mohamed Adow, fundador y director de Power Shift Africa, en un comunicado. “Poner fin a nuestra extracción y uso de petróleo y gas es un paso necesario para poner fin a nuestra adicción a los combustibles fósiles, que nos están dañando a nosotros mismos”.
Un ritmo constante de informes científicos ha demostrado por qué es vital para la humanidad poner fin a la era de los combustibles fósiles. La Agencia Internacional de Energía descubrió que la nueva exploración de petróleo y gas debe finalizar en 2022 (sí, el próximo año) para tener la oportunidad de mantener el calentamiento global dentro de 1,5 grados Celsius de los niveles preindustriales. Un informe de 2018 de los principales científicos climáticos del mundo encontró que el mundo necesitará reducir el uso de carbón en un 78%, el uso de petróleo en un 37% y el uso de gas en un 25% para 2030 para tener la oportunidad de alcanzar ese objetivo.
Ese umbral es crucial para el destino de los pequeños estados insulares que desaparecerán debido al aumento del nivel del mar, pero también es fundamental para proteger a todas las personas de nuestro planeta. Este último año hemos visto horrores climáticos por todo el mundo, desde incendios hasta inundaciones, lo que demuestra que ningún lugar está a salvo del calentamiento global. Sin embargo, ninguno de los líderes mundiales había dado un paso al frente hasta ahora.
Si bien existen ciertos enfoques desde el lado de la demanda, como el uso más generalizado de vehículos eléctricos, transporte público y vías ciclistas, reducir la mayor amenaza para nuestro planeta es una buena forma de comenzar. La alianza es significativa como primicia mundial. Pero también demuestra cuánto trabajo queda por hacer.
Los principales productores de combustibles fósiles como Estados Unidos, Rusia y muchas naciones de Oriente Medio no han hecho acto de presencia. En cambio, esos países, y otros en todo el mundo, se han centrado en nebulosos recortes de emisiones y promesas sobre el cero neto. Este último concepto ofrece un margen de maniobra para que los países sigan produciendo y utilizando combustibles fósiles en función de los planes que tengan para capturar dióxido de carbono de la atmósfera en algún momento del futuro. Estas tecnologías existen actualmente, pero no están ni remotamente cerca de la escala necesaria para parar esto. Estados Unidos todavía está contratando permisos de petróleo y gas, mientras que la compañía estatal de gas de Rusia está planeando la construcción de una enorme estación de gas en el Ártico. Y los países de Oriente Medio como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos... bueno, sus economías están basadas enteramente en el petróleo. Aún así, los países firmantes aquí representan la nueva vanguardia contra la lucha climática y sus compromisos no resultan intrascendentes.
“En mi propio país, Dinamarca, cuando tomamos la decisión en 2019, éramos el mayor productor de petróleo de la UE”, dijo el ministro danés Dan Jørgensen. “Otros países de la lista tienen una producción sustancial. Y tenemos que mirar donde están las reservas; Groenlandia tiene enormes reservas. No es una cosa inútil. Dicho esto, este se trata del primer paso”.
Veinte países también se comprometieron a detener el financiamiento de combustibles fósiles en el extranjero, pero no localmente, lo cual es un pequeño descuido. En un texto separado el miércoles, los documentos relacionados con las negociaciones entre todos los países pedían la eliminación gradual del carbón y el fin de los subsidios a los combustibles fósiles. Es casi seguro que esa es la primera vez que los combustibles fósiles han aparecido incluso en borradores de documentos en las conversaciones internacionales sobre el clima. Eso puede parecer extraño dado que este es el año 26 de conversaciones, y ha estado bastante claro todo el tiempo que los combustibles fósiles son el problema. Pero aquí estamos.
En un anuncio separado este jueves, varios activistas del movimiento de Greta Thunberg ‘Viernes por el Futuro’, pidieron al mundo que firmara un tratado para la no proliferación de combustibles fósiles, otro mecanismo para poner fin a la extracción. Al menos algunos países y un segmento creciente de la sociedad civil están dispuestos a asumir el desafío de acabar con los combustibles fósiles.