
A comienzos de este año os hablaba de las virtudes de los altavoces para colgarse al cuello. Meses después, aún sigo usando los Sony NS7 para jugar a la Play y sigo pensando que son absolutamente fabulosos. Ya iba siendo hora de probar otro de esos dispositivos. Sobre todo cuando lleva un nombre tan rimbombante como Asesino de sonido.
Los SoundSlayer WIGSS son unos altavoces para cuello en forma de herradura como los NS7. Las siglas WIGSS responden más o menos a sistema de altavoces portátil inmersivo. En realidad responden a Wearable Inmersive Gaming Speaker System, pero me niego a traducir wearable como usable ni como ponible. Dejémoslo en que son unos altavoces. Miden 240 x 46 x 209 mm y pesan 244 gramos. La parte inferior tiene cuatro patas amplias que minimizan el contacto con el cuerpo para que no den mucho calor. Son cómodos de llevar durante horas y horas.
Los controles se limitan a un botón para subir y bajar el volumen y otro para silenciar los altavoces en el lado derecho y un botón para cambiar de modo y otro para silenciar el micro en el lado izquierdo. No están mal, pero me hubiera gustado que fueran botones diferentes al tacto como los de los NS7 porque la mitad de las veces me confundo al intentar pulsarlos a ciegas.


Con cable
La mayor diferencia con los NS7 de Sony es que los SoundSlayer no son inalámbricos. Se conectan mediante cable USB trenzado de casi tres metros. Solo esto tiene sus ventajas e inconvenientes. En el lado positivo puedes olvidarte de tener que cargar baterías o de que la conexión tenga interferencias. De hecho puedes olvidarte de cualquier tipo de configuración. Solo tienes que enchufar y seleccionar la salida de sonido correspondiente en la computadora o la consola. Los SoundSlayer son compatibles con PC, PS4 o PS5, Xbox One, Xbox Series S/X y Nintendo Switch. No especifica que funcionen con Mac, pero los he probado en un MacBook y funcionan perfectamente. Eso sí, el fabricante recomienda usar un puerto USB 3.0 cuyo voltaje sea de al menos 5V y 900mA. Si usamos un USB convencional con menos corriente sonarán con menos volumen.
El problema de que tengan cable es... que tienen cable. En el PC no es especialmente molesto porque la CPU siempre está cerca, pero en el salón los tres metros pueden quedarse cortos si tenemos el sofá muy lejos de la consola. Para rematar, los usuarios de Xbox deben conectar un cable de audio al mando porque los USB de la consola solo sirven para dar corriente al dispositivo.
Nada de esto me haría enarcar una ceja si no fuera por el precio. Los Panasonic SoundSlayer cuestan 180 eurazos (200 dólares). Es cierto que a estas alturas ya se pueden encontrar con sustanciosas rebajas, pero por más de 100 euros creo que lo suyo hubiera sido meterle batería, Bluetooth y dejar el cable como opción.

El sonido de los SoundSlayer depende de cuatro altavoces de 3cm, dos a cada lado de la cabeza. Incluso a tope no suenan exageradamente alto, pero conviene recordar que son altavoces. En otras palabras, cualquiera en la habitación escuchará lo que estemos escuchando y con el volumen al máximo suenan tan alto como el altavoz de un móvil.
Sonido y ¿software?
La calidad del sonido es buena en el sentido de que es un sonido limpio, pero quizá demasiado metálico para mi gusto. Echo en falta algo más de pegada en graves, sobre todo a la hora de escuchar música. Curiosamente, el sonido en videojuegos y cine es mucho mejor pese a la falta de estándares como Dolby. Viendo cine con Disney Plus o jugando a Elden Ring, los SoundSlayer dan sensación de tridimensionalidad y una claridad adecuada a la hora de separar música, efectos y voces. Claramente son un dispositivo pensado para servir audio en juegos.
Una cosa que me ocurre con los SoundSlayer es que no logro apreciar mucha diferencia entre algunos de sus diferentes modos de sonido. Hay un total de seis modos de sonido que podemos cambiar simplemente pulsando el botón de modo (una voz nos va diciendo en qué modo estamos y se queda seleccionado el último que hayamos elegido aunque desconectemos los altavoces de la corriente): FPS, RPG, Voz, cine, música y estéreo. Los tres primeros suenan muy diferente al resto en el sentido que suenan micho más alto y claro, pero no sabría decir, por ejemplo, en qué se diferencia el modo para juegos de disparos en primera persona, del de juegos de rol. Entiendo que el primero es más posicional que el segundo, pero me cuesta encontrar los matices si es que los hay. Si el juego de rol es en 3D como Elden Ring, ¿cuál de los dos elijo?

Echo de menos que todo esto venga algo mejor explicado, y aquí llegamos al que creo que es el mayor problema de los SoundSlayer: no tienen software en absoluto. Valoro como el que más la simplicidad de enchufar y disfrutar, pero cualquier dispositivo que pretenda llamar la atención del público gamer necesita poder configurarse hasta la extenuación. Una app como la de los Sony Inzone H9 con diferentes perfiles, sonido posicional y opciones de configuración es lo mínimo que se le puede pedir.
En resumen
La falta de software, el hecho de que sean un sistema de audio con un factor de forma raro, y el precio ponen a los SoundSlayer WIGSS en una posición realmente difícil. No tienen las suficientes opciones de conexión y ajustes como para atraer al público gamer más duro. Su simplicidad puede atraer a un jugador casual que no quiere romperse la cabeza con ajustes, pero no hay muchos jugadores casuales dispuestos a invertir 200 euros en unos auriculares.
El hecho de ser altavoces para cuello con cable descarta cualquier posible uso fuera de la mesa de PC o del sofá de casa (y en este último caso con reservas). Eso los aleja de cualquier consumidor que busque unos auriculares todoterreno para sacar a la calle. Finalmente, suenan mucho mejor en juegos y cine que en música o llamadas, lo que de nuevo nos deja en la casilla de salida del gaming.