La Administración Nacional de Seguridad Vial de Estados Unidos (NHTSA por sus siglas en inglés) acaba de dictar una nueva normativa por la que todos los coches nuevos de menos de 4.500 kilos deberán llevar cámaras traseras de vídeo para poder circular.
La medida entrará en vigor al 100% en mayo de 2018, pero todos los coches fabricados y vendidos a partir de mayo de 2016 tendrán que incorporar ya esta tecnología. Actualmente ya hay muchos fabricantes que ofrecen retrovisores electrónicos, pero aún dista mucho de ser una prestación universal. También existen alternativas de terceros para instalar un sistema de cámaras en vehículos que no cuenten con uno.
La medida puede parecer radical pero, en realidad, la NHTSA lleva posponiendo su entrada en vigor desde 2011. Cada año, solo en Estados Unidos, mueren 15 personas y otras 15.000 resultan heridas en atropellos o choques en los que uno de los vehículos iba marcha atrás. Las cámaras autorizadas pretenden reducir esta cifra facilitando al conductor un campo de visión de tres metros de ancho por seis de largo. [NHTSA vía The Verge]
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