Duran tan poco tiempo, que fotografiarlos es una cuestión de puro azar. Sin embargo, los astronautas de la Estación Espacial Internacional estaban mirando justo en la dirección correcta y en el milisegundo adecuado. El resultado son dos nuevas fotos de uno de los fenómenos atmosféricos más inusuales que se conocen.
Los espectros rojos (Red Sprites en inglés) son el material ideal para los conspiranoicos. Se trata de enormes globos de un vibrante color rojo-anaranjado que pueden llegar a medir hasta 50 kilómetros de longitud. Bajo ellos, se extienden filamentos rojos y azulados que alcanzan hasta 30 kilómetros de altura. Casi parecen gigantescas medusas flotando perezosamente sobre nuestra atmósfera.
Por supuesto, no tienen nada que ver con medusas ni con nada biológico. Su naturaleza fugaz (duran entre tres y diez milisegundos) y el hecho de que ocurran en las capas altas de la mesosfera, a alturas de hasta 90 kilómetros, han impedido que se descubrieran hasta hace muy poco. La primera foto de un espectro rojo data de 1989. La primera foto en color no se logró obtener hasta 1994. Las dos afortunadas imágenes que la tripulación acaba de tomar se han producido sobre México e Illinois.
Los espectros rojos siempre se producen sobre tormentas con potente aparato eléctrico. Se trata de un fenómeno luminoso transitorio generado por plasma ionizado por la electricidad que generan los cumulonimbos de la tormenta. Los astronautas de la ISS estaban precisamente tratando de fotografiar la tormenta y tuvieron la suerte de hacerse con estas bellas e inususales imágenes. [vía NASA]
Fotos: NASA/Earth Observatory
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