
Cuando hablamos de auriculares de alta fidelidad, o Hi-Fi, la prioridad es que su calidad de sonido sea excelente. Pero los fabricantes también suelen poner mucho empeño en su diseño, en su look; en que incluso antes de escucharlos, los auriculares llamen nuestra atención a simple vista. Que se roben nuestra mirada. Y eso justamente es lo que me sucedió con los Meze Audio 109 Pro.
Pero, por supuesto, estamos hablando de auriculares, por lo que surge la pregunta: ¿Los 109 Pro suenan tan bien como se ven? La respuesta corta es: Sí, y se han convertido en uno de los mejores auriculares que he probado hasta ahora. Hablemos del por qué.
Unir arte y sonido
Los 109 Pro son la más reciente creación de Meze Audio, empresa con sede en Rumania que siempre da un paso más allá en cuanto al diseño en sus auriculares. En el caso de los 109 Pro, su diseño está protagonizado por el metal y la madera, con un look que se siente un poco vintage y muy elegante; incluso me atrevería a decir que se siente y se ve como una obra de arte.

Toda su estructura está sujeta por un arco metálico. La banda de cuero vegano (o sintético) que reposa sobre la cabeza tiene un sistema elástico que evita que tengamos que hacer ajustes de tamaño. Lo que une la banda con el arco principal son dos piezas metálicas de color cobrizo, una a cada lado, que cuentan con un diseño muy llamativo y con el logotipo de la marca. Esas dos piezas, junto a otras dos en los extremos que conectan con las copas, y a los dos puertos de los cables, son toques de color vibrante y llamativo en su exterior; resaltan y se ven muy bien.
Las copas cuentan con una estructura de madera y una pieza con forma de araña en su parte exterior, con diseño abierto para el paso del aire y el sonido. La pieza de color cobrizo sujeta la copa y le permite moverse con cierta libertad hacia los lados, lo que hace que se adapten más fácilmente a la forma de nuestras cabezas. Las almohadillas son aterciopeladas y muy acolchadas, y con suficiente espacio interno para que las orejas se ubiquen en el centro sin tener contacto con nada.
Al mirar al interior de las copas, nos encontramos con una sorpresa: un driver cubierto con una rejilla de diseño geométrico, también color cobrizo y brillante. Es un look que no había visto en el interior de unos auriculares. Es casi hipnotizante al verlo.

Puedo confirmar que los 109 Pro son extremadamente cómodos. Pesan 375 gramos, por lo que no son pesados entre auriculares Hi-Fi. La banda de soporte es gruesa, distribuye muy bien el peso en la cabeza, y sus almohadillas, como ya mencioné, son acolchadas y profundas, resultan muy cómodas. En mis pruebas con los 109 Pro, mis sesiones de escucha han sido de entre 1 y 6 horas seguidas, y jamás sentí incomodidad. Además, son auriculares que están diseñados para ser reparables, por lo que sus piezas se pueden reemplazar de forma independiente si llega a hacer falta. Se siente que pueden durar muchos años.
Por último, la atención al detalle va hasta el punto de que la caja, sí, la caja de los 109 Pro tiene un aspecto elegante decorado con un diseño geométrico. En la caja también incluye un estuche protector de gran calidad y dos cables, uno de 1,5 metros de largo y otro de 3 metros de largo, ambos con terminación de 3,5mm, además de un adaptador de 3,5mm a 6,3mm. Los cables son de buena calidad y no producen sonidos al tocarlos, pero en parte siento que no le hacen justicia al look prémium y de excelencia de los 109 Pro.
Hablemos del sonido de los 109 Pro

Unos auriculares pueden verse muy bien, pero de nada sirve si su calidad de sonido no está a la altura. Me complace haber comprobado que los 109 Pro también destacan en sonido, especialmente si buscamos un sonido musical, con detalle, presencia y cierta dulzura, pero no necesariamente cálido. Déjenme explicarlo un poco mejor a continuación.
Los 109 Pro son auriculares dinámicos con drivers o transductores de 50mm diseñados en casa. Los modelos de Meze con drivers magnetoplanares, como los Liric y los Empyrean, cuentan con drivers trabajados en conjunto con la empresa Rinaro. Pero para los 109 Pro, Meze ha hecho todo el trabajo, creando unos transductores con un gran rango dinámico y un sonido bastante peculiar y que me sorprendió al probarlos por primera vez. Me sorprendió para bien.

Comenzando por sus bajos, están bien definidos y tienen más impacto de lo que suelo esperar en auriculares abiertos, pero son bajos controlados, no son exagerados ni demasiado intensos. Además, no filtran a otras frecuencias. Se nota cierto énfasis o añadido en los medios bajos, lo que los hace más musicales, y es algo que disfruto mucho. Los medios no están adelantados, pero sí tienen buena presencia. Las voces se sienten cercanas, dulces. Son medios en general muy naturales, algo que, de nuevo, es una característica que muchos preferimos. Por último, los agudos tienen detalle y brillo, pero no son punzantes ni fatigan. Son auriculares con un sonido que, en general, es placentero.
Los probé con distintos tipos de música, desde rock (en especial progresivo), Metal, Pop, música electrónica (sobre todo ese synthwave que tanto me gusta) y algunas canciones orquestadas. Por ejemplo, soy fanático del álbum en vivo Live at the Acropolis de Yanni, y el piano de este gran artista suena excelente con los 109 Pro, al igual que los instrumentos de cuerda y percusiones que lo acompañan, entre otros. De hecho, este disco me sirvió para entender que la escena sonora de los 109 Pro es intermedia, ni tan amplia ni pequeña, y tiene muy buen posicionamiento de instrumentos. El piano lo sentía a mi alrededor, íntimo y detallado, mientras que el resto de la orquesta me envolvía.

Las voces suenan excelente en los 109 Pro, canciones como Asylums for the Feelings de Silent Poets y Leila Adu (de la banda sonora de Death Stranding) tienen una voz dulce y cercana, casi se siente la respiración al escucharla. Las guitarras y otros instrumentos de Coeur de Miel de Lazuli tienen un sonido emotivo, exquisito, al igual que la guitarra y el bajo de Cómo me Quieres de Khruangbin. Esta última es un gran ejemplo de lo que puede hacer una agrupación con un bajo con mucha personalidad junto a estos auriculares.
Podría dar muchos más ejemplos, pero en general los 109 Pro no son auriculares que tienden a lo analítico, sino a lo musical. A un sonido natural, incluso divertido, con un rango que los hace versátiles para distintos géneros musicales. Suenan realmente bien.
En conclusión

Los 109 Pro suenan tan bien como se ven. Tienen un sonido emocionante, con sentimiento, y son versátiles no solo en géneros musicales sino también en requerimientos. Su impedancia es de 40 Ohmios (sensibilidad de 112dB/mW), lo que significa que se pueden usar con cualquier fuente, incluso una laptop o un smartphone, pero recomiendo utilizarlos con un DAC/Amp dedicado, cualquiera, para sacarle más provecho. ¿Su sonido escala mientras mejor es la fuente? Sí, por supuesto, como suele suceder con los buenos auriculares Hi-Fi, pero a los 109 Pro no les hace falta una fuente potente. Suenan extremadamente bien al salir de la caja, y esa es otra de sus mejores características.