
El primer lanzamiento comercial del Falcon Heavy fue un éxito total. El cohete más potente del mundo insertó un satélite de comunicaciones en órbita geoestacionaria y aterrizó sus tres propulsores para volver a utilizarlos. Pero los cohetes no son lo único que SpaceX logró aterrizar.
Según ha revelado Elon Musk en Twitter, las dos mitades de la cofia que protegía la carga útil del cohete fueron recuperadas intactas en el océano Atlántico. Eso significa que, tras el lanzamiento de ayer, cinco elementos del Falcon Heavy regresaron de forma autónoma a la Tierra: los dos propulsores laterales, que aterrizaron en tierra firme; el núcleo central, que aterrizó sobre la barcaza Of Course I Still Love You en el Atlántico; y las dos mitades de la cofia, que realizaron un amerizaje suave en el océano.
Cada mitad de la cofia tiene sistemas de aviónica, propulsores de nitrógeno líquido y paracaídas dirigibles. SpaceX no ha conseguido aún que caigan sobre la red del barco Mr. Steven (ni siquiera después de instalar una red más grande), pero esta vez la cofia está intacta y podrá reutilizarse. Musk ha adelantado que volverá a volar en una misión de Starlink este año.
En definitiva: éxito absoluto para una misión a la que el propio Elon Musk daba un 5-10% de probabilidad de fallar, puesto que era la primera vez que se probaban los propulsores Block 5 en un Falcon Heavy. Tanto los propulsores como la cofia se reutilizarán en futuras misiones.