
Parece que el telescopio Euclid de la Agencia Espacial Europea por fin podrá ver la luz al final del túnel. Estaba previsto que el telescopio viajase a bordo de un cohete Soyuz, pero con la avalancha de sanciones contra Rusia la ESA canceló todos sus proyectos de colaboración con Roscosmos, la agencia espacial rusa. Sin embargo, todo apunta a que Euclid podrá ser lanzada finalmente a bordo de un cohete Falcon 9 en 2023.
Se suponía que el telescopio espacial infrarrojo Euclid se lanzaría este año desde la base de Kourou, en Guayana Francesa. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania y las sanciones posteriores impuestas contra su gobierno han llevado a la ESA a romper sus lazos con la agencia espacial rusa. Roscosmos también detuvo la cooperación con Europa en los lanzamientos de cohetes Soyuz y retiró a sus 87 empleados de la base de lanzamiento en Guayana Francesa. Esto es lo que provocó que finalmente Euclid se quedase en tierra.
Después del empeoramiento de las relaciones con Rusia, la ESA comenzó a buscar en otros lugares un nuevo proveedor para sus vuelos orbitales y ahí es donde aparecieron las compañías espaciales privadas estadounidenses. La ESA podría lanzar finalmente su misión Euclid a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX a mediados o finales de 2023, dijo el lunes Mark Clampin, director de la división de astrofísica de la NASA.
En una entrevista con Reuters en agosto, el director general de la ESA, Josef Aschbacher, dijo que la agencia espacial estaba en conversaciones preliminares con SpaceX para usar sus cohetes en las misiones de la agencia. En ese momento, la ESA estaba dirimiéndose entre SpaceX y los cohetes suministrados por Japón o India, pero SpaceX es “la más operativa de esas opciones y ciertamente una de las que estamos considerando”, en palabras del propio Aschbacher.
La otra opción de la ESA era el vehículo de lanzamiento de carga pesada de Arianespace, pero la compañía francesa aún tiene que lanzar su cohete Ariane 6 de nueva generación, cuyo primer vuelo no se realizará hasta el próximo año. La agencia espacial se encuentra actualmente bajo mucha presión para encontrar un posible reemplazo para los cohetes Soyuz. “Este ha sido un toque de atención, hemos sido demasiado dependientes de Rusia”, dijo Aschbacher a Reuters.
La agencia espacial europea no es la única que tiene que buscar reemplazos para los cohetes rusos. En marzo, Rusia detuvo el suministro de motores de cohetes a Estados Unidos en represalia por las sanciones internacionales impuestas contra su gobierno. Como resultado, Northrop Grumman anunció que se asociaría con Firefly Aerospace para construir un cohete que eliminase la necesidad de motores rusos. Sin embargo, hasta que el nuevo cohete esté listo, la compañía también recurrirá a los cohetes Falcon 9 de SpaceX para llevar su nave espacial Cygnus a la Estación Espacial Internacional. La británica OneWeb también se ha visto obligada a firmar un contrato con su rival SpaceX, y la agencia espacial india ISRO ha firmado un acuerdo para los seis lanzamientos que serán necesarios para poner en órbita sus satélites de Internet de primera generación a finales de este año.
SpaceX se perfila como la opción más viable para reemplazar la mayoría de vuelos Soyuz que se han suspendido por el momento. También está previsto que los cohetes Falcon 9 lancen el satélite Surface Water and Ocean Topography en diciembre de 2022, una misión conjunta de la NASA, la agencia espacial francesa CNES, la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial de Reino Unido.