De todos los dispositivos que salen al mercado, el ambicioso Surface Book de Microsoft es un punto y aparte, un giro hacia lo inesperado. Para mi es un laptop tan tentador y me ha cambiado tanto los hábitos que estoy pensando: ¡Hey! ¿y si vuelvo a Windows?
¿Qué es?
Es el primer laptop en la historia de Microsoft. Tiene un diseño muy inteligente que permite separar su pantalla de 13,5 pulgadas y 3000 x 2000 píxeles (267 ppp) del teclado que la acompaña y usarla como si fuera una tableta. El modelo básico viene con el último procesador Intel Core i5 de la familia Skylake por 1.500 dólares. Puedes actualizarlo a un Core i5 con una gráfica discreta Nvidia GForce a partir de 1.700. Desde ahí puedes subir la escalera de las especificaciones hasta un Core i7 con gráfica Nvidia y 1TB de almacenamiento SSD por 3.200 dólares.
El grueso de este análisis se refiere al modelo de 1.500 dólares. Sin embargo, también hemos hecho algunas pruebas de rendimiento con un modelo de 2.100 dólares con procesador Core i7 y Nvidia.
Por qué es importante
El anuncio de la Surface Book provocó un escalofrío de sorpresa en el mundo de la electrónica de consumo, pero tampoco es que haya salido de ninguna parte. Microsoft lleva años tratando de reinventarse. El elevado precio de la Surface Book y su meticuloso diseño es un reconocimiento de que detrás de un gran software también debe haber un gran hardware.
Los orígenes de este laptop se remontan al lanzamiento del primer híbrido de la familia Surface hace tres años. Ha llovido mucho desde aquel desastre y el relativo fracaso de Windows 8, y ahora Microsoft hace software y hardware que la gente sí quiere usar. Recientemente, la compañía redobló sus esfuerzos en hardware comprando Nokia, que durante años había fabricado unos excelentes terminales con la versión móvil del SO de Microsoft.
El cambio más importante llegó con Windows 10, un sistema operativo modificado y mejorado en profundidad, y preparado para correr sobre múltiples plataformas. Es un mismo software para teléfonos (los nuevos Lumia llegan en noviembre), para computadoras de sobremesa o portátiles, tabletas, e incluso la consola Xbox One. Es un sistema operativo espectacular y, para la fecha en la que se dio a conocer la Surface Book, ya estaba instalado en 110 millones de dispositivos.
¿Dónde deja eso a la Surface Book? Estamos ante un dispositivo diferente,poderoso y caro. En lugar de ofrecer lo que ofrecen todos, su diseño invita a considerar qué puede hacer un laptop por ti. Tu laptop debería permitirte también operarlo en modo tableta con una pantalla y un stylus excepcionales. No hay peros ni condiciones.
La Surface Book es un concepto aspiracional, tanto para los usuarios como para la propia compañía. Un portátil de 1.500 dólares nunca va a alcanzar un mercado mayoritario, y muchos optarán por equipos Windows 10 de menos de 1.000 dólares de los que hay muchos ejemplos en otros fabricantes.
Surface Book es un tótem, una expresión de las ambiciones de Microsoft y del futuro que quiere. También es una muestra de una sana y obsesiva preocupación por los detalles. Si el dispositivo logra convertirse en una alternativa viable a los dispositivos Apple. ¡Bueno! Esa ya es otra historia.
Por supuesto, los peligros potenciales de esa ambición son muchos. Hay muchas partes móviles. Basta que falle una sola para desestabilizar toda la maquinaria.
Diseño
Surface Book es, en esencia, un soporte rabiosamente bien diseñado para el lucimiento de Windows 10.
A primera vista, parece un portátil convencional con chasis de magnesio, pero como ya sabemos es un convertible, y es un convertible que funciona gracias a una bisagra con un diseño sencillamente inmaculado. El mecanismo se suelta y se sujeta tan bien que es emocionante desde el punto de vista de la ingeniería.
Un pequeño botón en la parte superior derecha del teclado permite soltar la pantalla para convertirla en una tableta. Obviamente, para poder funcionar así, la pantalla necesita procesador, memoria flash, batería, etc.
El botón que permite soltar la pantalla. Púlsalo durante un nstante y oirás un click que indica que la pantalla está liberada.
Sin embargo, el teclado no ha quedado como un simple periférico. Su interior se ha aprovechado hasta el último milímetro. En el modelo base, el teclado tiene una batería adicional. En los modelos más caros también es el lugar que acoge la gráfica discreta Nvidia.
Lo más parecido al Surface Book en conjunto es el MacBook Pro, pero sin teclado, se asemeja mucho al iPad Pro, aunque su pantalla es un poco más grande y pesada que la del nuevo tablet de 12,9 pulgadas de Apple.
La pantalla es brutal. Mide 13,5 pulgadas de diagonal y tiene seis millones de píxeles repartidos en un panel de 3.000 x 2.000 con 267 ppp frente a los 265 de Apple. Probablemente es la pantalla más bonita que he visto nunca en un laptop. Desde un punto de vista técnico, su relación de contraste sencillamente barre a la competencia.
Aparte de una tableta como tal, la pantalla puede conectarse al teclado del revés, en una posición que Microsoft ha denominado Bloc de notas. Es en esta posición en la que el stylus entra en juego. Este lápiz plateado también ha recorrido mucho camino desde el original. Quizá la incorporación más importante es un soporte magnético que permite sujetarlo al lateral de la pantalla.
Utilizando la Surface Book
El reto del diseño de la Surface Book es que quiere ser un auténtico todo en uno, así que ¿qué tal se porta en diferentes situaciones?
Como laptop para trabajar
Aunque se supone que es un equipo destinado a un uso de escritorio intenso, la mayor parte del tiempo lo he utilizado como laptop en su modo más tradicional. En esa función es un sueño hecho realidad con solo unos pocos defectos.
La relación de aspecto 3:2 realmente ofrece mucho más espacio de trabajo que los 16:10 del MacBook Pro. Por su parte, la configuración Core i5 maneja perfectamente la navegación básica en Internet, ver cine o series en Netflix, o trabajar fotos ligeras con Photoshop. La batería es fantástica. Los nuevos Skylake aseguran de seis a siete horas sin recargar.
El teclado permite teclear a buena velocidad. No tengo queja, pero tampoco soy un maestro de la mecanografía. El recorrido y el sonido de las teclas me parecen puro amor.
Llegamos a los contras. El primero es el trackpad, que a veces es demasiado sensible y salta, y otras no lo es en absoluto. Después de dos semanas usando el Surface Book he llegado a acostumbrarme a ese comportamiento aleatorio, pero no es un buen punto, sobre todo en un equipo de esta categoría.
En algunos momentos acabé conectando un ratón externo simplemente porque acabé demasiado frustrado. La buena noticia es que Microsoft ha reconocido el problema y asegura que lo solucionará con un parche a principios de noviembre. El rendimiento del trackpad es tan malo que aconsejo no comprar la Surface Book hasta que comprobemos que el parche realmente soluciona el problema.
La otra dificultad es menor. Resulta que el propio diseño del laptop lo hace difícil de sostener a veces. La experiencia de usarlo en un escritorio o sobre una superficie firme es impecable. Desafortunadamente, esa no es la forma en la que la gente suele usar portátiles la mayor parte del tiempo. Si te has hecho fuerte en una esquina del aeropuerto, en la cama, o despatarrado en el sofá, es probable que la pantalla de la Surface Book te de problemas. La razón es que, mientras en un MacBook Pro, todo el peso está en la mitad del teclado, en la Surface Book está en la pantalla.
Como una (descomunal) tableta
La espectacular pantalla impresiona aún más cuando la separamos del teclado. Eso sí, prepárate a sujetarla con las dos manos porque es muy grande. Dependiendo de lo que quieras hacer puede resultar hasta excesivamente aparatosa. Mientras otras tabletas pueden sujetarse durante largos períodos de tiempo con una mano, la Surface Book pesa 861 gramos sin teclado. No parece mucho, pero creedme que se acaba notando.
Por zanjar el tema, este híbrido de tableta y laptop se lleva mejor con el regazo o con los sofás.
En la configuración Core i5 no se pierde ningún rendimiento porque el procesador va en la parte de la pantalla. En configuraciones con gráfica discreta, obviamente pierdes los beneficios del procesador gráfico que queda en el teclado. No esperes rendimiento de alto nivel en modo tableta.
Como dispositivo para tomar notas
Tomar notas manuales sobre una pantalla con un stylus no es algo que haga habitualmente, pero es un placer usar la Surface Book y su stylus de este modo. Microsoft ha rebajado el grosor del cristal de forma que por fin se parece a escribir sobre un papel.
El sistema es muy intuitivo. Un amigo mío más metido en el arte que yo utilizó el sytlus para dibujar una pequeña ilustración en OneNote en apenas unos segundos. La experiencia es completamente natural. El mayor obstáculo aquí es la aversión que tiene cierta gente como yo a pasar objetos de plástico duro sobre una pantalla de cristal. En definitiva, que la experiencia de usar un lápiz real por fin ha llegado a un dispositivo, solo que no estoy preparado aún para superar mi reticencia.
¿Que hay de los gráficos?
Para que la prueba fuera completa, probamos uno de los modelos con gráfica discreta para ver de qué era capaz.
La Surface Book no está pensada para ser un portátil para videojuegos pero, si quisiéramos jugar en ella, ¿cómo se comporta este portátil de 2.100 dólares? Probé algunos juegos recientes y funcionaron bastante bien con la calidad gráfica media pero a la máxima tasa de fotogramas. Si subimos la calidad a tope, la experiencia comienza a ir a saltos. En definitiva, puedes jugar, pero no esperes la máxima calidad gráfica.
El caso mas probable en el que necesites potencia gráfica es en aplicaciones de diseño, así que acudimos al animador de Gawker, Devin Clark, que conectó la Surface Book a una gigantesca Wacom Cintiq. El equipo no ha tenido problema en mover la pantalla profesional, pero las cosas se torcieron un poco cuando activamos las dos pantallas simultáneamente. La Surface Book tiene músculo, pero no hay un peso pesado dentro de esa fina apariencia.
Nos gusta
La pantalla es espectacular. La duración de la batería es excepcional. El diseño es muy innovador.
No nos gusta
El trackpad es un desastre
¿Me la compro?
La Surface Book no es perfecta y, desde un punto de vista estricto, es un portátil muy caro. Ten en cuenta que, en su configuración básica de 1.500 dólares, la Surface Book equivale en hardware (salvo el diseño y la pantalla) a la Surface Pro 4, que cuesta 900. En el entorno Windows no tiene ningún competidor directo y casi se antoja excesiva. Sin embargo, millones de personas han estado años pagando Macs excesivos. ¿Quieres un laptop Windows premium? Microsoft tiene lo que estás buscando.
El diseño es impresionante y la pantalla maravillosa, pero la Surface Book es un dispositivo muy ambicioso que promete más de lo que es capaz de dar en términos de utilidad. También tiene pegas, entre las que destaca el trackpad. Si Microsoft soluciona ese problema, es un dispositivo del que no te arrepentirás.
En cuanto a si apostar por el modelo base o uno superior (el siguiente cuesta 1.700 dólares), la respuesta es: depende. Es mucho dinero para un equipo que no va a dar un rendimiento tan alto como otros. En parte estás pagando su espectacular diseño. ¿Alguna vez pensaste que diríamos esto de un dispositivo Microsoft? ¡Wow! Microsoft diseñó esto.
Me encanta.
Fotos: Michael Hession. Información adicional: Nick stango.
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