
A los oligarcas rusos les han ido incautando sus yates en todo el mundo a medida que avanza la invasión de Rusia en Ucrania. Sin embargo, un enorme yate pudo eludir la incautación ya que las autoridades no pudieron descubrir a su propietario. Hasta ahora. Según Fortune, un par de grupos de investigación rusos podrían haber confirmado que ese misterioso yate pertenece a Vladimir Putin.
El yate, bautizado como Scheherazade, apareció en la ciudad portuaria italiana de Marina di Carrara. Tan pronto como atracó, quedó envuelto en misterio. La tripulación erigió una barrera de metal en el muelle para evitar que los espectadores lo vieran, y un panel sobre el nombre en la proa evitaba que la gente lo identificara. Nadie sabía a quién pertenecía. Al menos hasta que un grupo de investigación dirigido por el líder de la oposición rusa Alexei Navalny (quien también acaba de ser sentenciado a nueve años de prisión además de los dos y medio que ya cumple) se puso a investigar un poco.
El grupo empezó por los peces pequeños para llegar al pez más grande. En este caso, los peces pequeños eran la tripulación del yate. El grupo obtuvo la lista completa de tripulantes del Scheherazade.

La lista enumera a todos, desde el capitán hasta los trabajadores del puerto. La lista se realizó en diciembre de 2020 en el mismo puerto de Italia en el que está atracado el Scheherazade. El capitán, un tal Guy Pearce, fue entrevistado recientemente por el New York Times. En la entrevista, se negó a revelar el nombre del propietario de Scherezade:
El capitán del barco, Guy Bennett-Pearce, de nacionalidad británica, negó que Putin fuera el propietario del yate o que hubiera estado alguna vez en él. “Nunca lo he visto. Nunca lo he conocido”, dijo. Agregó, en una entrevista telefónica desde el yate, que su dueño no estaba en ninguna lista de sanciones. No descartó que la persona pudiera ser rusa, pero se negó a decir más sobre la identidad del propietario, citando un “acuerdo de confidencialidad hermético”.
Aparte de Pearce, que es inglés, todas las personas que trabajan en el yate son rusas. Eso no es lo único que tienen en común. Usando la información de la lista de tripulantes donde viene todo, desde las fechas de nacimiento de la tripulación hasta sus números de visado, el grupo pudo reconstruir el puzzle: más de la mitad de las 23 personas que figuran trabajando en el barco no solo son rusos sino también miembros de la FSO o el Servicio Federal de Protección. Este servicio es más o menos la seguridad personal de Putin o, como describió el grupo, “la agencia que protege a Putin y organiza su vida”.
El grupo enfoca ahora sus esfuerzos en los oligarcas de los que Putin se rodea: “Averiguar quién posee qué y cuánto es una tarea difícil incluso para los investigadores policiales experimentados. Decidimos seguir el rastro”.