
Entre 2011 y 2012, Clifton Collins se dedicó a comprar Bitcoin. Hacia 2016 el precio de la criptomoneda comenzó a dispararse. Collins, preocupado por el creciente valor de sus 6.000 Bitcoin decidió repartirlos en 12 cuentas. Después imprimió los códigos de acceso y los ocultó en la funda de su caña de pescar.
El protagonista de nuestra historia no contó con la intervención de un pequeño detalle llamado Oficina de Asuntos Criminales de Irlanda. Collins se dedicaba al cultivo y venta de marihuana, y los bitcoin que compró en 2011, cuando apenas costaban entre 4 y 6 dólares los pagó con el dinero que obtenía como traficante.
En 2017, la policía arrestó a Collins por tráfico de drogas y el juez lo condenó a pasar cinco años de prisión. Mientras tanto, el casero del apartamento donde vivía en Farnaught, Irlanda, decidió deshacerse de los objetos personales de su inquilino. En el proceso arrojó a la basura una funda de caña de pescar que tenía impresos los códigos para acceder a una fortuna por valor de más de 58 millones de dólares.
La oficina de Asuntos Criminales de Irlanda ha confirmado la existencia de las cuentas y su valor, pero sin los códigos es imposible acceder a ellas. Collins sigue cumpliendo condena, pero aunque dispusiera de los códigos poco podría hacer para recuperar el dinero. La policía ha intervenido las cuentas porque su origen es una actividad ilícita.
En algún lugar del Condado de Galway, en Irlanda, hay un vertedero. En ese vertedero hay una funda de caña de pescar de aluminio. En ella hay 12 códigos que dan acceso a 12 cuentas de Bitcoin. No será la primera vez que alguien se pone a rebuscar en un vertedero precisamente por culpa de los Bitcoin. [Irish Times vía Cnet]