A medida que los televisores mejoran sus características para ser más atractivos como monitores de PC y los PCs encogen sus sistemas para caber mejor en tu centro multimedia, se hace evidente que hay un gran problema en el concepto de jugar desde el sofá con un ordenador. Los controles son una basura.
El nuevo Razer Turret cubre a la perfección el vacío que hay entre tu PC y tu sofá. Es sólo un teclado con un ratón (los periféricos no son tan importantes), pero tiene detrás unas consideraciones de diseño que lo colocan en el reino de los imprescindibles para un tipo muy particular de persona: el jugón de sofá.
Valve hizo un gran trabajo el año pasado simplificando las cosas con su Steam Controller. Te da parte de la flexibilidad de un ratón sin dejar de ser un mando. En la mayoría de los casos es tan fácil como abrir el juego y ponerse a jugar. Pero cuando estás con un juego de disparos agresivo, como el Battlefield, o con un juego de estrategia, como Civilization o StarCraft, jugar con mando sigue siendo insoportable. Es demasiado lento. Necesitas un teclado y un ratón.
Logitech es el actor principal del mercado de teclados para el sofá y su Logitech K400 es excepcional. Especialmente porque integra un trackpad en el teclado que elimina la necesidad de tener un ratón aparte y una superficie donde colocarlo. También es muy barato: $30 en comparación con los $150 del lujoso Turret. Pero el K400 es terrible para jugar por la sencilla razón de que los trackpads son terribles para los juegos. Si quieres algo mejor que vas a tener que pagar por ello.
El Razer Turret hace caso omiso a la tendencia trackpad y en su lugar tiene una resistente alfombrilla de ratón abatible. Sólo hay que desplegarla y poner encima el ratón. El ratón en sí es un buen dispositivo de cuatro botones. A los jugadores de MMORPG podría no gustarles la idea, pero la mayoría de los usuarios tendrán pocas quejas. La experiencia de uso no ofrece ningún tipo de fricciones. Me pasé el Firewatch sin tener sensación de agobio ni sentirme irritada por el Turret. Mi único problema fue el que tengo también con mi ordenador portátil y la tablet: donde pongo la maldita cosa cuando me levanto del sofá.
Durante las salidas temporales del sofá puedes dejarlo todo justo donde estabas sentado. Para que no estorben a largo plazo, Razer incluye una dock elegante donde guardar el ratón y el teclado cuando no estén en uso. Otra ventaja: el dock sirve también de cargador para los periféricos.
Es una tontería que sirve para terminar de venderme el teclado, pero también es fundamental para cualquier persona que quiera invertir en serio en su centro multimedia. Estar haciendo malabarismos con los mandos de la consola y de la televisión ya es de por sí bastante malo, pero añadir un teclado y un ratón lo empeoraría todo. Estos dispositivos necesitan un lugar para vivir cuando no están en tu regazo, y Razer proporciona un hogar con doble funcionalidad.
Toda la instalación funciona sobre una red WiFi de 2.4 GHz o Bluetooth, así que no es difícil de configurar. Y no hay LEDs chillones que haya que ajustar con un software descargable. El Razer Turret es agradablemente sencillo, todo lo que le pedimos a un teclado que está destinado a hacer equilibrio sobre nuestras rodillas mientras jugamos desde el baño sofá.
En resumen
- Incluye dock de carga que sirve para quitarte de en medio el teclado y el ratón cuando no los estás usando.
- Funciona tanto por WiFi de 2.4GHz como por Bluetooth, así que nunca tendrás problemas de conexión.
- La tipografía horrible de Razer ha pasado a mejor vida, estas teclas son muy fáciles de leer.
- Es un teclado con un ratón par usar sobre las rodillas, y no está nada mal. Si alguna vez has necesitado una configuración así, no hay nada mejor disponible en la actualidad.
- Cuesta $150, un buen pellizco.