
Llevamos tanto tiempo comprando pantalones vaqueros de color azul y sus variantes, que quizás jamás te lo hayas preguntado. Sin embargo, hay una razón de peso por la que la mayoría de los vaqueros que se producen en el mercado son de ese color y no de cualquier otro. Veamos su historia.
Cuando hablamos del origen de los vaqueros, posiblemente muchos piensen en Levi´s, la popular marca estadounidense, pero Strauss no los inventó en 1873, lo que hizo fue popularizarlos con remaches entre los trabajadores de Estados Unidos. Antes, durante los siglos XVI y XVII, se dieron los primeros pasos para lo que hoy es una prenda básica en casi todos los armarios: de la confluencia de la habilidad de los aborígenes con el algodón, la planta natural de América, y los telares artesanales traídos desde el Viejo Mundo.
Para finales del siglo XVII, el vaquero se había convertido en un textil crucial para los trabajadores de la clase obrera en el norte de Italia. De hecho, existen pinturas donde se muestran trabajadores con vaqueros azules, aunque con el material “jean genovés” por ser más barato. Los comerciantes genoveses teñían las telas de los pantalones con un pigmento azul, menos caro y más abundante, del añil extraído de una leguminosa procedente de Java y de la India (y que luego patentaría Strauss con su nombre).
Para el año 1880, los historiadores cuentan que el químico Adolf von Baeyer obtuvo un colorante azul a partir del ácido antranílico y se abandonaron los pigmentos de origen biológico.
Así que, como vemos, el azul y el vaquero siempre han estado unidos, porque pasaron los años y los siglos, y todavía hoy el color se mantiene intacto como primordial, y tan solo han variado los remaches y estilos, ¿por qué?
La razón principal se debe a que cuando se exponen al agua caliente, la mayoría de los tintes impregnan la tela y se fijan en las fibras. Este no es el caso con el tinte azul índigo. El índigo se adhiere al exterior de las fibras y, en agua caliente, el tinte se desvanece gradualmente en lugar de filtrarse más profundamente en el material. A medida que el azul índigo se lava, trae consigo cantidades minúsculas de hilo.
Si bien este resultado podría ser poco deseable con prendas de vestir más delicadas, funciona a la perfección con el denim. Para empezar, el material es tan rígido que perder algunas fibras no lo arruinará. Más bien, algunos lavados en caliente le dan a la tela una sensación más suave y desgastada que tanto suele gustar en los jeans. De hecho, y debido a que los viejos vaqueros azules se mantienen fuertes incluso cuando se vuelven más cómodos, se convirtieron en los pantalones favoritos de la mayoría de los trabajadores en el siglo XIX.
Por cierto, en la actualidad la mayoría de los vaqueros están hechos con tinte índigo sintético, y todavía están diseñados para volverse más suaves cuanto más tiempo los tengas. Y sí, esa leyenda urbana es verdad. Nos referimos a esa que dice que un buen lavado puede ayudar a romper el denim resistente, y que quizás prefieras esperar a meter un par nuevo en la lavadora.
La razón: aquellos que se han usado durante algunos meses antes de su primer lavado se desvanecen de manera menos uniforme que los que se limpian de inmediato. Esto da como resultado un patrón de “envejecimiento” que es único y que puede ofrecer una apariencia distinta a cada pantalón. [Mental Floss, Discovery]