
Siento celos de la gente que prefiere a los perros. Puedes conocer a un perro simplemente caminando hacia él en la calle. El perro corriente confía en ti al instante. Pero al gato lo tienes que conquistar. Hablé con tres expertos sobre el comportamiento de los gatos, que me explicaron por qué los gatos son así, y dimos con varias estrategias para poder hacernos amigos del gato de otra persona, incluso en una sola tarde.
Trátalo como un animal salvaje
¿Por qué los gatos, has aquellos que solo conocen a humanos amables y amigables, se muestran tan distantes? Sabía que no han sido criados de forma selectiva como los perros. Pero no me di cuenta de lo que significaba esta gran diferencia hasta que hablé con el escritor de ciencia Tom McNamee, autor de The Inner Life of Cats.
Los humanos han estado criando perros durante 100.000 años, dice. Los gatos solo han vivido con los humanos durante 5.000 años, desde que se empezaron a usar a los gatos salvajes del norte de África para cazar ratones. Y hasta estos últimos siglos, “han estado sueltos por los graneros”, dice McNamee, sin haber sido objeto de la cría selectiva que convirtió a los lobos en cientos de razas de perros especializadas. Solo hemos tenido gatos domésticos en casa durante los últimos siglos. Así que no son tan diferentes entre sí, o de su antepasado salvaje. “Podrías robar un gato salvaje del norte de África”, dice, “y sería un gato bastante decente”. Y como los gatos son básicamente salvajes, no pueden ser entrenados, al menos no de la misma forma que los perros.
“Los gatos no son perros”, dice Jackson Galaxy, autor de Total Cat Mojo y presentador de Animal Catted My Cat From Hell (que regresa el 1 de septiembre). “Sé que parece insultante decirlo, pero siempre nos decantamos por ver a los gatos de la misma forma que miramos a los perros. Tenemos que darles a los gatos el mismo tipo de dignidad que le damos a los humanos”. Eso significa un proceso de presentación mucho más lento, y respetando que un gato todavía está programado para ser un cazador autosuficiente.

Un gato comienza a captar cosas tan pronto como llega a una casa. Puede oler a otros animales, incluso a los perros que han paseado recientemente por ahí, dice la conductista Mieshelle Nagelschneider, autora de The Cat Whisperer. Así que si sabes que estás a punto de conocer a un gato, trata de no presentarte oliendo a otros animales.
Si realmente vas a hacer un all-in, puedes echar sobre tus zapatos feromonas como Comfort Zone o Feliway. Generalmente se venden como aerosoles o difusores para evitar el comportamiento territorial de los gatos, y lo hacen calmándolo, sin irritarlo.
Una vez que entras a la casa, evita bloquear cualquiera de las salidas, dice Galaxy. Los gatos son territoriales y cautelosos, por lo que “miran toda la habitación estrategicamente”. Y tienes que mostrarte como un aliado en lugar de como una amenaza. Recuerda esto, porque es el principio que debes seguir a la hora de comportarte alrededor de un gato.
Actúa como si odiases a los gatos
Las personas alérgicas y los amantes despechados de los gatos están de acuerdo: parece que los gatos siempre se dirigen hacia la única persona que no quiere su compañía. Esto tiene sentido, dice McNamee, porque todos los movimientos habituales que hacen los amantes de los gatos, como caminar hacia el o hacer ruidos de beso, son contraproducentes. A continuación, te mostramos cómo evitar parecer una amenaza:
No mires al gato a los ojos. Y no vayas directamente hacia él. Espera a que el gato vaya hacia ti, y mientras mira al suelo.
No te quedes encima del gato. Deja caer los hombros, baja las manos hacia el regazo o siéntate en el suelo. “Haz que su dueño se siente contigo”, dice McNamee. “El gato así se hará a la idea de que eres su aliado”.
No hagas ruido. Habla en voz baja. Mantén alejados a los niños o a los perros ruidosos.
No extiendas tu mano hacia él. Una vez que un gato se acostumbra a tu presencia, debes ofrecerle suavemente un dedo para olfatear, pero debes hacerlo sigilosamente. No apuntes ni mantengas la palma hacia afuera. Galaxy recomienda un movimiento que él llama “Michelangelo”, donde dejas colgando tu mano con un dedo hacia afuera. La yema de tu dedo parecerá una nariz de gato, dice Galaxy. “Y podrás acercar tu ‘nariz’ a su nariz”. Así es como lo hace:
No te apresures. Espera a que el gato demuestre confianza contigo, dice Galaxy, caminando por el centro de la habitación o frotándose contra ti. Tómate tu tiempo para construir esa relación. “No deberías darles palmaditas en el costado ni golpearlos en la parte superior de la cabeza”, dice McNamee. Busca las mejillas y detrás de las orejas –los puntos donde tienen glándulas–que es donde la madre lame a los gatitos.
Incluso cuando un gato se frota contra ti, “eso no es necesariamente una invitación a acariciarlos”, dice Nagelschneider. Si tratas de acariciarlos demasiado pronto, puedes acabar con la confianza del gato.
No te rindas. “Si el gato se escapa, no has perdido todavía”, dice McNamee. Galaxy añade: “En mi programa, verás que mi primer encuentro con los gatos parece ir siempre fatal. Pero luego siempre consigo hacer que me perdonen “.
Activa el modo cazador
Nagelschneider sugiere una forma más proactiva: juega con el gato usando un juguete con forma de caña o un puntero láser. “Se trata de una estrategia preventiva para mantener el miedo fuera de la ecuación”, dice ella. “Les ayuda a sentirse seguros y relajados a su alrededor”. Un gato que se siente seguro no tendrá tanto miedo. “Puedes engañar así a sus pequeños cerebros”.
Un juguete con forma de caña le permitirá al gato mantener su distancia mientras interactúa contigo, especialmente si lo deslizas detrás de sofás o hacia otros lugares para hacer que la “presa” sea más realista. “El pequeño truco es activar lo que se conoce como su circuito de búsqueda”, dice Nagelschneider.

Galaxy es algo escéptica con este enfoque: “La confianza solo depende de ellos. No hay forma de eludir lo que su ascendencia les dice que hagan”. Puedes probar a jugar con ellos una vez que se haya establecido cierta confianza. No me gané instantáneamente a todos los gatos, pero recibí más amor del gato de un amigo después hacer uso del puntero láser.
También puedes probar directamente con el soborno. Pon un dulce en el suelo, “tal vez a un metro de distancia”, dice McNamee. Luego, ve dejando la comida más y más cerca. Galaxy sugiere lanzar los premios como “monedas al aire”, nuevamente evitando el contacto directo que podría dar a entender que buscas la confrontación.
Alimentar al gato con su comida normal es otra gran oportunidad, dice McNamee. “Coloca la comida en su lugar habitual y luego siéntate junto a ella”.
Haz que tu gato sea amigable con las visitas
Hay mucho que puedes hacer para ganarte a un gato. Pero si eres su dueño, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tus gatos a llevarse mejor con los visitantes.
Una golosina funciona mejor si el gato solo la recibe en ocasiones especiales, dice Galaxy. “No hay nada malo en probar a sobornarle”. De hecho, él cree que debería ser más importante. “No soy fan de repartir golosinas por nada. La comida es todo lo que tenemos. No se van a rasgar las vestiduras por hacernos felices. Simplemente no forma parte de su forma de ser, a diferencia que los perros”. Sugiere que reservemos un regalo como “premio gordo” para que solo lo repartan los invitados. Así, cuando venga un invitado, será como si viniesen los Reyes Magos.
Como dueño, puedes defender a tus gatos y dar a los visitantes todos los consejos anteriores. “Nos sentimos incómodos diciéndole a la gente qué hacer o qué no hacer”, dice Galaxy, pero “está bien que protejas a tu gato en ese aspecto”. No querrás asustar a tu pequeño amigo, si tienes ansiedad, el gato lo verá y se pondrá él así también. Te interesará ayudarlos a entender lo que le gusta a tu gato. En su libro, Galaxy incluso recomienda que los invitados ignoren al gato en la primera visita y esperen a ocasiones posteriores para establecer la confianza.

Cría un gato amigable
“El miedo siempre está presente” en un gato, dice McNamee. “Están muy asustados. Así que si puedes organizar sus vidas para que no se asusten, será mucho más fácil para ellos”. Esto incluye cuidar su caja de arena, sus hábitos de alimentación y más cosas que aparecen en los libros de estos tres expertos.
Mucho del comportamiento de un gato se establece durante su infancia. “Hay una cierta forma de criar gatitos que harán que luego sean un gato mucho más amigable y domesticado”, dice McNamee. Un estudio bastante subestimado –y que aparece en su libro–indica que los gatitos que se entregan muy pronto, como una o dos semanas de edad (en lugar de las siete semanas estándar), se socializan mejor al ser adultos. También recomienda que los gatos permanezcan con su madre durante las primeras 12-16 semanas, en lugar de que se los lleven después de las siete. Igual que hacer una cría selectiva de gatos para ser amigables –lo cual McNamee cree que les privara de su toque salvaje–un gatito bien educado es la mejor manera de conseguir un gato amistoso. Si no lo haces, tendrás mucho más trabajo por delante después.