Ayer todas las miradas estaban puestas en el flamante Tesla Roadster de Elon Musk, el coche que quedará registrado en los libros de historia mientras se dirige hacia una órbita elíptica a millones de kilómetros de la Tierra. Sin embargo, había otro detalle que muy pocos saben: el propósito real de Starman.
Nos referimos al maniquí que iba “al volante” del vehículo, quién resulta ser mucho más que una carga útil para el cohete. En realidad, su función es, posiblemente, de las más importantes: probar por primera vez los trajes de SpaceX en el espacio.
En octubre del año pasado, Elon Musk revelaba en Instagram el diseño de los trajes espaciales que llevarán los astronautas de la NASA en los vuelos tripulados de SpaceX. Ese día, Musk dijo lo siguiente:
Vale la pena señalar que estos funcionan de verdad (no son una maqueta). Quiero decir, es un viaje peligroso, y quieres estar seguro. Es fácil hacer un traje espacial que se vea bien pero que no funciona; lo realmente difícil es hacer un traje espacial que funcione y se vea bien.
Era verdad, el traje se veía bien, precioso, sin embargo, faltaba la prueba de fuego, y esa ha llegado con Starman, tal y como explicó Musk en la conferencia de prensa posterior al lanzamiento del Falcon Heavy.
El maniquí vestía precisamente el traje de la tripulación SpaceX, en vez de un prototipo o maqueta no funcional. Starman estaba proporcionando las primeras pruebas efectivas del traje para un vuelo tripulado. ¿El resultado? “Definitivamente funciona”, dijo Musk. “Puedes ponértelo y saltar al vacío sin miedo”.