Hay una extraña satisfacción en el ser humano por ciertas cosas que realmente no hacen nada bueno al cuerpo, entre ellas, explotarse un grano de la cara. Esta es la historia de un tipo que hizo de un pequeño grano una infección espantosa e insólita para la literatura médica.
El hombre, un trabajador de la construcción de 23 años al que el informe del Journal of Emergency Medicine no le pone nombre, llevó a cabo el plan más arriesgado que se recuerde para sacarse un grano que tenía debajo de la boca: una cuchilla de carpintería para trabajar la madera. El resultado unos meses después fue una rara infección por hongos que se extendió por todo el labio.
Cuando el tipo acudió al médico le explicó que la infección había ido creciendo en el transcurso de siete meses. Los doctores lo describieron como “una gran placa eritematosa con costra de hemo y con un borde enrollado en los labios cutáneos”, algo que, como se puede apreciar, no suena nada bien.
Sin embargo, no presentaba ningún otro síntoma, como dolores de cabeza, escalofríos, fiebre, malestar general, pérdida de peso… incluso su análisis en el laboratorio y radiografía de tórax no mostraban nada raro. El joven le dijo a los doctores del Hospital John H. Stroger Jr. en Chicago que utilizó una “cuchilla para trabajar la madera” para cortar un grano antes de que este comenzara a crecer.
Finalmente, una biopsia de piel reveló la respuesta a su dolencia: esporas de un hongo llamado Blastomyces dermatitidis, el cual es responsable de una infección por hongos llamada blastomicosis. El hongo se encuentra generalmente en el suelo y la madera húmeda en descomposición alrededor de ríos y arroyos. De hecho, las personas (y otros animales) generalmente se infectan cuando respiran las esporas, y se presenta como una infección pulmonar en aproximadamente el 70% de los pacientes.
Los doctores han explicado que solo la mitad de los que están infectados muestran algún síntoma, y generalmente son parecidos a la gripe: fiebre, tos, pérdida de peso, sudores nocturnos, dolores musculares y en las articulaciones, y fatiga. Y aunque es raro, es posible que las esporas entren en el cuerpo humano a través de una herida en la piel.
Con todo, estamos ante una infección realmente excepcional, donde hasta la fecha sólo existen 50 casos de blastomicosis cutánea descritos en la literatura médica, y generalmente ocurre en trabajadores de la morgue o en perros infectados por algún otro animal.
Una vez que está en la piel, por lo general permanece allí y no termina en los pulmones, por lo que no presenta los síntomas similares a la gripe de la versión pulmonar de la infección.
De esos 50 casos de la literatura médica, el de este joven es único. Nunca antes se había descrito que la blastomicosis cutánea fuera infligida por una cuchilla para trabajar la madera, algo que difícilmente se repetirá. Los médicos creen que probablemente la herramienta tenía suciedad antes de que el paciente realizara ese intento desafortunado de acometer una “cirugía” en el hogar.
Por cierto, después de quince días de tratamiento, el hombre mostró una mejora considerable, aunque a partir de los 15 días los doctores le perdieron la pista para poder realizarle un seguimiento. Aunque parecía obvio hasta hoy, nunca está de más decirlo: sacarse un grano de la cara con una cuchilla para trabajar la madera no es una buena idea. [Journal of Emergency Medicine vía ScienceAlert]