Tecnología, ciencia y cultura digital
We may earn a commission from links on this page

Spider-Man: Now Way Home es una auténtica fiesta cinematográfica

Tom Holland brilla con luz propia en la tercera entrega del trepamuros que se estrena esta semana.

By
We may earn a commission from links on this page.
Imagen para el artículo titulado Spider-Man: Now Way Home es una auténtica fiesta cinematográfica
Imagen: Sony Pictures / Marvel Studios

Tras ver los tráilers de Spider-Man: No Way Home es posible que pienses que ya sabes de qué va la película. Hasta cierto punto, es cierto, pero el director John Watts y su equipo han logrado hacer que esa historia sea mucho más emotiva, más compleja, y al mismo tiempo más divertida de lo que imaginas.

A continuación puedes leer una crítica de la película completamente libre de spoilers. Toda la información es la que ya conoces de los tráilers.

Advertisement

Tras la terrible revelación con la que acaba Spider-Man: Far From Home, Peter Parker acude a Dr. Strange para que haga que todos olviden quién es Spider-Man mediante magia. Algo sale mal, y varios villanos de anteriores películas de Spider-Man aparecen en escena. Todo eso que has visto en los trailers es cierto.

Lo que no sabes es por qué pasa eso exactamente. Qué es lo que hace que los acontecimientos se desencadenen. A veces Spider-Man: No Way Home se toma un poco demasiado en serio a sí misma, pero la película es una auténtica gozada. Te hará reír, te hará llorar, y te hará sonreír de oreja a oreja como si fueras un crío.

Advertisement
Advertisement

El comienzo de No Way Home parte directamente de la anterior película. J. Jonah Jameson (interpretado por JK Simmons) publica un vídeo que revela que Peter Parker es Spider-Man. De la noche a la mañana, el mundo de Peter se pone patas arriba, y la película muestra esto desde muy diferentes puntos de vista: profesores, compañeros de instituto, amigos, familia, extraños e incluso héroes. Este es probablemente el primer acierto de la película. No Way Home te mete en la piel de Parker y de la horrible presión que tiene que soportar a diario.

Imagen para el artículo titulado Spider-Man: Now Way Home es una auténtica fiesta cinematográfica
Imagen: Sony Pictures / Marvel Studios

La presión no hace sino aumentar cuando algo sale terriblemente mal con el conjuro del Dr. Strange, pero las cosas no son son ni de lejos tan simples como parecen en los tráilers. Los personajes como Norman Osborn (interpretado por un Willem Dafoe que se nota que se lo está pasando bomba en el retorno a ese papel) y Otto Octavius (Alfred Molina) no son estúpidos. De hecho ambos son villanos extremadamente inteligentes y con motivaciones muy complejas, y la película no los reduce a simples enemigos de final de nivel sin cerebro a los que batir. Eso también conlleva momentos en los que por fin vemos a un Peter Parker Maduro que toma decisiones importantes en lugar de cumplir órdenes del mentor de turno.

Al mismo tiempo, MJ (Zendaya), Ned (Jacob Batalon) y Tía May (Marisa Tomei) tienen un papel mucho más importante que el de anteriores películas. No solo están ahí para dar palmaditas a Peter en su difícil viaje, sino que participan activamente en la historia tomando decisiones propias, y a veces protagonizando giros muy inesperados.

Advertisement
Imagen para el artículo titulado Spider-Man: Now Way Home es una auténtica fiesta cinematográfica
Imagen: Sony Pictures / Marvel Studios

Por un lado tenemos a los amigos de Peter. Por el otro tenemos a los villanos ya confirmados, que son unos cuantos, y a Doctor Strange. Hay tanto que hacer que el segundo acto de la película no te deja un respiro hasta el punto de que por un momento casi parece que la película ha perdido el control de sí misma y se ha rendido a un desarrollo más tontorrón y acelerado que el de las anteriores. Por fortuna, no es así para nada. En el tercer acto No Way Home se endereza y remonta el vuelo de una manera espectacular. La última hora de la película se codea con las películas de los Vengadores en términos de la satisfacción que provocará en los amantes del universo Marvel. Hay momentos de humor, y también momentos realmente solemnes y emotivos, y no son solo dos o tres. Toda la tercera parte, casi una hora de película, es una montaña rusa. El tercer acto de No Way Home me hizo llorar de alegría y de tristeza, y literalmente dar vítores en la sala de cine, y no fui para nada el único loco. Si alguna vez has amado alguna de las versiones de Spider-Man que hemos visto en cine en los últimos años, te va a pasar igual.

Advertisement
Imagen para el artículo titulado Spider-Man: Now Way Home es una auténtica fiesta cinematográfica
Imagen: Sony Pictures / Marvel Studios

El tercer acto ni siquiera es lo mejor de Spider-Man: No Way Home. Se siente como una celebración de la historia cinematográfica del personaje y todo un regalo a los fans, sí, pero esta es la tercera y última entrega de esta trilogía, y lo que realmente importa es cómo sale Spider-Man de ella. En este sentido, el film se sale de la escala con un montón de decisiones emotivas y un final sólido que se siente como un nuevo comienzo. Nada de esto hubiera sido posible sin la interpretación de Tom Holland, que está simplemente genial. Su interpretación no es la única que destaca. Amigos y enemigos brillan con luz propia en la película. Si tuviera que mencionar a alguien, sería sin duda a un Willem Dafoe enorme en su papel de Norman Osborn.

Advertisement

El viaje de Peter Parker a lo largo de estos años en el MCU ha sido movidito. Ha derrotado a Vulture, a Mysterio, lo hicieron desaparecer en el chasquido, lo trajeron de vuelta, y ha ayudado a vencer a Thanos y a salvar el mundo. Todo ello mientras intentaba sacar buenas notas para poder ir a la universidad. No Way Home recoge todo ese equipaje y lo factura en un tren tan ambicioso que parece al borde de descarrilar, pero que al final nos deja en casa sanos y salvos. Solo por eso ya se hace querer.

Spider-Man: No Way Home se estrena en cines el próximo 15, 16 o 17 de diciembre dependiendo un poco de en qué país vivas.

Advertisement

Post original escrito por Germain Lussier para iO9. Traducción al español: Carlos Zahumenszky