La duración de la batería es el archienemigo de todos los usuarios de smartphones. Seguramente te has percatado de que esas largas sesiones de Netflix o las jornadas de Minecraft afectan considerablemente la autonomía de la batería, pero hay otras cosas que también consumen batería y quizás ni siquiera lo sabes.
Mala señal
Si tu móvil no puede conectarse correctamente a una red móvil o WiFi, se esforzará hasta lograrlo y mantener una señal estable consume más batería. Esto es lo que sucede en áreas en las que hay mala señal o están muy congestionadas, como por ejemplo cuando hay 15 amigos y familiares en tu casa intentando conectarse al WiFi.
Más allá de tener que mudarte a una ciudad en la que tengas mejor conexión LTE o echar a todos de tu red WiFi, no hay mucho que puedas hacer al respecto. Tu mejor opción es activar el modo avión de tu móvil cuando sabes que no tendrás acceso a una buena señal, y conectarte solamente a una red WiFi para que no quedes completamente desconectado.
Temperaturas extremas

A las baterías de ion de litio no les gusta tener mucho frío o calor (esta es una de las razones por las que debes preocuparte si tu móvil se recalienta cuando lo estás cargando), así que es recomendable mantener tus dispositivos lejos de una ventana cuando hace mucho frío, o encerrado en un coche durante un día de verano. En el peor de los casos ni siquiera se te agotará la batería, el móvil sencillamente se apagará o dejará de funcionar.
Aunque los efectos del frío en la batería de un móvil deberían ser temporales, recalentarlo constantemente hará que la batería quede afectada de forma permanente. Esto se debe a que los químicos dentro de la batería son sensibles a los cambios de temperatura, y esto afecta la energía disponible en tu móvil. Es decir, tendrás que cargarlo mucho más seguido.
El seguimiento de ubicación
Hacer seguimiento constante de la ubicación hace que tu móvil trabaje más y, por tanto, usa más batería. La buena noticia es que los smartphones poco a poco están haciendo el seguimiento GPS de forma más eficiente, y tanto Android como iOS están controlando mejor el seguimiento que hacen las aplicaciones en segundo plano.
Sin embargo, sigue siendo un problema, así que puedes desactivar el seguimiento o limitar la cantidad de aplicaciones que pueden hacerlo. En Android dirígete a Configuración, Seguridad y Localización, Localización y ahí a Permisos de aplicaciones. En iOS accede a la app de Configuración, allí a Privacidad y después a Localización para configurar cada aplicación.
Cargas repetidas

Este es otro aspecto en el que los dispositivos modernos lo hacen mucho mejor que los de hace algunos años, en los que era mejor aprovechar toda la batería posible antes de cargar de nuevo. Hoy en día cargar constantemente resulta mejor para la vida útil de tu batería que dejarlo descargar por completo para después cargarlo al máximo. Lo ideal es mantenerse entre el 40% y 80% de la carga lo más que puedas.
Por supuesto, eso no es práctico ni realista, a menos que siempre tengas acceso a un enchufe y estés constantemente revisando tu nivel de batería. No obstante, sí podrías considerar seguir esta regla si lo que quieres es extender el tiempo de uso que obtienes de tu móvil antes de que la batería se agote por completo. Y si no vas a usar tu móvil por un rato largo, apágalo cuando alcance el 50% de carga.
Las pantallas grandes
La pantalla es la segunda mayor amenaza para la batería de tu móvil, solamente superada por las aplicaciones y la conexión a redes. Y mientras que las pantallas son cada vez más grandes, con marcos más pequeños y más píxeles, necesitan de más energía. Apagar la pantalla constantemente o simplemente revisar menos tu móvil hace una gran diferencia.
Seguro has escuchado que reducir el brillo de la pantalla del móvil ahorra batería, pero quizás no entiendes que ese ahorro es más grande de lo que podrías imaginar. También deberías reducir la cantidad de tiempo que le toma a la pantalla apagarse cuando dejas de usar el móvil. Puedes configurar todos estos ajustes en el menú de configuración de tu móvil, en el apartado de Pantalla.
Volumen alto

Esta puede que suene muy obvia, pero hay gente que jamás lo habían considerado: el volumen alto consume más batería, aunque la diferencia varía dependiendo de los altavoces de tu móvil. Silenciar el dispositivo o comprarte unos auriculares es otra forma de prolongar la autonomía de tu smartphone.
No solo me refiero al sonido de las aplicaciones musicales, sino también al sonido de cuando ves cosas en Netflix o en YouTube, además de todos esos vídeos que se reproducen de forma automática en Facebook, Snapchat e Instagram. La reproducción de audio en todas tus aplicaciones es algo consume mucha batería, especialmente en iOS.
El uso de aplicaciones
Por último, las aplicaciones consumen batería desde el momento que accedes a ellas. Puedes encontrar cuáles son las que consumen más batería desde el apartado “Batería” en el menú de ajustes de Android o iOS. Si una app llama tu atención, intenta comprender qué es lo que pasa y actualizarla a una versión más reciente.
Tanto Android como iOS cuentan con buenas herramientas para gestionar la batería. Los sistemas pueden restringir lo que tus apps pueden hacer en segundo plano y ser aún más estricto cuando el nivel de la batería está muy bajo. Puedes acceder a estas configuraciones y ajustarlas manualmente a través del menú de ajustes de tu móvil.