“El diseño del prototipo ha sido fruto de muchas sinergias, de hablar con unos y con otros, de trabajar codo con codo, de mirar cada detalle y de aunar mucho conocimiento, tanto de nuestra propia experiencia como de la Universidad de Málaga”, dice José María. “Pero podemos decir que es una colaboración internacional porque hemos recibido asesoramiento de distintos puntos de España, de Holanda y de Estados Unidos”.

Advertisement

Gonzalo, Julián y José María se preparan estos días para viajar a la India y conocer en persona tanto el aterrizador como el rover de Team Indus antes de, por fin, presentar su proyecto a los jueces. Será un pequeño paso para estos tres, pero toda una hazaña para el hombre en su camino hacia los primeros asentamientos humanos de la Luna y Marte (¿y Trappist-1?)

“¿Qué significaría para nosotros conseguirlo? No te lo sabría decir con palabras. Ver que un proyecto que has ideado, que has construido con todo el trabajo y toda una historia que solo conoce el equipo, todas esas horas echadas... Sería increíble. Sabemos que la competencia es feroz, pero a veces es bueno soñar. Vamos a ver qué sucede el próximo 15 de marzo”.