A la izquierda, una foto de Neptuno tomada recientemente desde Chile. A la derecha, el gigante gaseoso fotografiado por el telescopio espacial Hubble, que desde la órbita terrestre ha captado algunas de las imágenes más hermosas y con más zoom del universo. ¿Dónde está el truco?
La teoría nos dice que los telescopios espaciales tienen mejor definición que los terrestres porque eliminan la distorsión atmosférica y reciben más radiación electromagnética, especialmente en el infrarrojo. Sin embargo, el Hubble tiene sus años (fue puesto en órbita en 1990 y mejorado por última vez en 2009) y ha sido superado en calidad de imagen por el Very Large Telescope del Observatorio Austral Europeo, en el desierto de Atacama.
La imagen increíblemente definida de Neptuno fue posible gracias a una técnica de óptica adaptativa llamada tomografía láser que es capaz de corregir la turbulencia de la atmósfera, esa distorsión que hace que las estrellas parpadeen y los objetos distantes se vean difuminados.
Para corregir la distorsión, un módulo llamado GALACSI dispara cuatro láseres muy brillantes sobre el espacio, creando una falsa estrella en el cielo. A continuación, analiza la falta de definición del láser e informa a un espejo controlado por ordenador que cambia constantemente de forma. Por último, un instrumento espectrógrafo llamado MUSE utiliza este sistema para tomar una imagen con mejor resolución. El resultado es increíble.