Microsoft y Nokia han sorprendido a todo el sector con su noticia bomba. La compra de la unidad de móviles de Nokia deja muy claro cuáles son las intenciones de Microsoft. Pero, ¿qué pasa con Nokia?; ¿cuáles son los riesgos de la operación? El futuro de la finlandesa y la adquisición suscitan un buen puñado de dudas.
¿De veras tiene sentido la operación?
Sí y no. Desde el punto de vista estratégico, sí. Microsoft necesitaba colarse en serio en el hardware, en la fabricación de smartphones, y con este movimiento lo consigue. Financieramente, es un precio que se puede permitir. Sin embargo, la duda llega por el momento en el que lo hace. ¿Demasiado tarde?
El valor en Bolsa de Nokia ha caído un 85% en los últimos 5 años. Bien para comprar, pero muy difícil para levantar el negocio. Nokia solo tiene un 4% de cuota mundial. Llevarlo hasta el 15% en 5 años como pretende Microsoft será una tarea titánica.
¿Qué le queda a Nokia?
Aunque su división de hardware era la más visible, Nokia no solo fabrica móviles. Libre del peso de competir en el durísimo mercado de terminales, a la finlandesa le queda su división de mapas, reforzada tras la compra de Navteq en 2008. También retiene sus más de 30.000 patentes, y su nada despreciable división de redes.
¿A qué se va a dedicar?
Esta es posiblemente la pregunta más importante. Para empezar, Microsoft pagará a Nokia durante cuatro años por el uso de los Mapas de Here Maps. No es un mal acuerdo financiero para Nokia, aunque dudamos que en Espoo se limiten a ser 'la nueva Tomtom'.
Por el contrario, la enorme cantidad de patentes de la compañía y su negocio de redes parecen sugerir que Nokia va a convertirse en una empresa de software y servicios que desarrollará tecnologías de conexión, e incluso de hardware, para venderlas a terceros. La analogía con Ericsson, o incluso con IBM viene aquí al pelo. IBM hizo exactamente lo mismo en 2005, cuando vendió su división de hardware a la compañía China Lenovo para dedicarse a la investigación y el desarrollo de tecnologías. En este sentido, la adquisición borra a Nokia del mapa como fabricante de cara al público, pero dista mucho de ser el fin de la compañía.
¿Será Elop el relevo de Ballmer?
Steve Ballmer anuncia su retirada y, apenas unos días después, Microsoft compra Nokia. ¿Coincidencia? Lo único que se sabe hasta el momento es que Stephen Elop abandona el puesto de CEO de Nokia para regresar a Microsoft como nuevo Director de la división de dispositivos.
El movimiento podría reforzar la candidatura de Elop como futuro CEO de Microsoft cuando Ballmer se vaya en algún momento de los próximos 12 meses, pero aún no hay nada decidido. El propio Ballmer ha reconocido que la operación de compra ya estaba en marcha mucho antes de que él anunciara su marcha, y que el comité de directivos que están buscando un nuevo CEO está examinando muchos candidatos para el puesto. Elop es uno de ellos, pero no el único.
¿Quien dirigirá Nokia?
La marcha de Elop lleva a la siguiente pregunta: ¿Quién será el nuevo CEO de Nokia? El nombre que más suena en este puesto es Risto Siilasmaa, actual presidente de la junta directiva de Nokia. Siilasmaa fundó la compañía de seguridad de software F-Secure y ha invertido en no pocos proyectos de innovación. Más movido por la investigación que por el mercado, este finlandés podría muy bien dar el perfil para guiar a la nueva Nokia.
¿Habrá móviles Windows Phone de otras compañías?
La respuesta corta es sí. Desde Microsoft aseguran que dirigir ahora la división de hardware es, de hecho, una ventaja para terceras compañías que quieran integrar Windows Phone en sus dispositivos. La compañía no va a cerrar ahora las licencias de Windows Phone a terceros, pero otra cosa muy distinta es que esos terceros estén contentos con el cambio.
Cuando Microsoft anunció su nuevos tablet Surface, no fueron pocos los fabricantes que se quejaron amargamente de que su proveedor pasara a ser también competidor. En realidad Nokia y Microsoft han ido de la mano todo el tiempo en este sentido y ahora no va a ser muy diferente, pero habrá que estar atento a las reacciones de Acer, Samsung o HTC.
¿Qué pasa con las tabletas?
Nokia ofrecerá un evento a finales de este mes, y se suponía que en él presentaría su primer tablet, conocido provisionalmente como Nokia Sirius. La noticia de la compra deja ese tablet en el aire. No sabemos si Microsoft asumirá el proyecto como parte de su división Surface, o se trata de un canto del cisne de la Finlandesa en lo que a hardware se refiere.
¿Y con los móviles Lumia?
Es improbable que Microsoft vaya a introducir por ahora cambios drásticos en la gama Lumia. Lo que sí es probable es que simplifique notablemente la gama y que mejore la distribución de manera que los lanzamientos mundiales sean más simultáneos entre diferentes países y más inmediatos.
Eso sí, Microsoft pasa ahora a ser dueños de las marcas "Lumia" y "Asha", pero no de la marca "Nokia", que seguirá siendo propiedad de la finlandesa. ¿Qué significa esto? Básicamente, que los nuevos móviles que salgan tras el acuerdo no serán "Nokia Lumia" o "Nokia Asha" sino "Microsoft Lumia" o "Microsoft Asha". No, no será lo mismo.
¿Buenas o malas noticias para los competidores?
Los dos grandes líderes del negocio de los smartphones, Samsung y Apple, van a mirar la operación con sorpresa, pero poco más. La apuesta de Samsung por Windows Phone era residual y Apple juega a su liga particular. Tal vez Samsung decida a partir de ahora impulsar aún más su apuesta por Tizen como plataforma alternativa, para no depender al 100% de Android, pero la noticia toca de lejos tanto a Samsung como a Apple.
Los más afectados sin duda serán Sony, LG, HTC y, desde luego, BlackBerry. Para ellos son malas noticias. ¿Por qué? Porque ahora tendrán ante sí un competidor mucho más fuerte e integrado para competir por el resto del mercado que dejan Samsung y Apple. El peor parado será BlackBerry. Su negocio, que cae en picado en cuota de mercado, se queda sin un comprador menos.
Y quien sale perdiendo, sí o sí, no es una compañía, es un continente: Europa. Se queda sin una de las pocas multinacionales tecnológicas que le quedaban. EE.UU. y Asia (China y Corea del Sur) son ya los dueños absolutos de la era post-PC.