El nuevo juego de Animal Crossing no ha podido llegar en un mejor momento. El planeta entero se enfrenta a una pandemia, lo que está haciendo que la mayoría nos mantengamos encerrados en casa, por lo que muchos necesitamos de un escape de la realidad, un descanso de este 2020 tan caótico. New Horizons es perfecto para eso.
Cuarentenas, pandemias, calentamiento global, desastres naturales y políticos que más que insensatos son egoístas y no valoran como deberían la vida humana. 2020 está siendo un año realmente complicado y lleno de problemas, y apenas lleva unos tres meses. El encontrarnos rodeados de noticias preocupantes y en medio de una situación tan compleja, además de encerrados en casa, produce estrés, mucho estrés, más del que de por sí nos agobia día a día por nuestras labores y responsabilidades. Los videojuegos pueden ser un gran aliado para combatirlo.
No quiero decir que debamos despreocuparnos o desligarnos de la realidad, pero debe haber un balance, debemos intentar mantener nuestra paz mental en la medida de lo posible, y sobre todo, combatir la ansiedad que puede producir la impotencia ante lo que pasa y el encierro continuo. Los juegos ofrecen un escape, una distracción que nos pone en los zapatos de otro, en un mundo de fantasía, quizás mágico o tal vez de acción. Hay quienes gustan de desahogar el estrés eliminando hordas de demonios en Doom, y hay quienes buscan algo extremadamente relajante, divertido y sobre todo antiestrés.
Para eso último Animal Crossing: New Horizons es perfecto, y lo digo habiendo jugado ambas alternativas. Este juego de Nintendo para la Switch es realmente sencillo, pero funciona. Una vez creas tu personaje y le das un aspecto a tu antojo (dentro del estilo característico del juego), unos animales que hablan te llevarán a una isla desierta y será tu trabajo, junto con el de tus adorables vecinos, convertirla en un pueblo civilizado y precioso, lleno de cosas por hacer.


En general, el juego se basa en explorar la isla (y otras islas, pero ya hablaremos de eso en breve), recolectar recursos, fabricar cosas y atrapar insectos y peces, entre otras cosas. Suena básico, sí, pero la experiencia es tan agradable y en cierto modo relajante que engancha con facilidad. Una vez que llega un señor búho a tu isla y te invita a ayudarlo a fundar un museo local, se vuelve adictivo buscar más peces distintos y más insectos, además de desenterrar más fósiles, para llevárselos y así expandir la exposición, que se ubica en unas instalaciones hermosas y mucho más grandes de lo que parece por fuera.
Pero todo esto requiere de paciencia, rutina y tiempo, algo que debería ser abundante en tiempos de cuarentenas. El juego funciona en tiempo real, lo que significa que si te dicen que tu casa estará lista “mañana”, no es “mañana” en el tiempo ficticio del juego, que no existe, sino mañana en tiempo real. Todo toma tiempo, y pasarán días hasta que veas crecer tu isla y evolucionar, siendo habitada por cada vez más animales hasta convertirse en una verdadera civilización. El comienzo del juego puede resultar bastante lento, pero hay una forma de acelerarlo, aunque deberías considerar dejar que las cosas fluyan como deben.
Una de las características principales de New Horizons es que debes fabricar cosas, para lo cual necesitas recursos que debes recolectar en la isla. Por ejemplo, quizás necesitas madera para construir una mesa para tu casa: para obtener la madera necesitas un hacha para talar un árbol, pero para esa hacha necesitas una piedra y algunas ramas, por lo que deberás conseguir en tu entorno los materiales necesarios para fabricar el hacha y así poder talar la madera para después hacer la mesa que querías.


Estos son procesos constantes en el día a día, sobre todo al comienzo que las herramientas que fabricas no son muy duraderas. Después, obtendrás “recetas” para crear mejores herramientas y, por ende, fabricar más cosas. Además, todo lo que hagas en el juego te dará alguna recompensa en una de las monedas virtuales: las millas Nook. Esas monedas pueden ser usadas para obtener cosas especiales para tu casa o entorno (desde ropa hasta objetos de decoración como una estatua enorme de Godzilla. Sí, en serio), pero también puedes usarlas para comprar boletos que llevan a otras islas, y esto es de lo mejor que podrás hacer en el juego.
Esas otras islas son generadas aleatoriamente por el juego, y están llenas de animales y cosas nuevas por recolectar, desde frutas distintas a la de tu isla hasta peces o insectos que no habías visto hasta ahora. Idealmente, mientras más viajes a esas islas, más rápido podrás ir llenando la exposición del museo y encontrando a más animales parlanchines que podrás invitar a vivir a tu isla.
En general, lo mejor de New Horizons como juego es la personalización que ofrece, tanto de tu casa (que comenzará como una tienda de campaña pero poco a poco podrás construir una casa más grande, endeudándote con un simpático mapache empresario llamado Tom Nook) como de la misma isla, dado que el juego incluso te dará las herramientas para modificar el terreno, ampliar (o eliminar) sus ríos y más. Con el paso del tiempo, la isla puede lucir exactamente como quieres.

Es difícil poner en palabras lo que hace especial a Animal Crossing, especialmente a New Horizons, juego en el que la saga luce mejor que nunca. Pero es una especie de escape a un lugar precioso, donde no hay caos, no hay tantos problemas y la única violencia que encontrarás es cuando hagas caer un panal de abejas de un árbol por accidente (y no nos olvidemos de las arañas, por supuesto). El juego requiere de paciencia, requiere de trabajar poco a poco para dar forma a tu isla y llenarla de vida, pero el proceso es tan agradable y relajante que es perfecto no solo para estas épocas, sino también para compartir con tu familia o amigos, dado que puedes visitar sus islas o invitarlos a la tuya.
También puedes jugar con tus amigos al último en sentarse dentro de New Horizons, o hacer cualquier cosa que se te ocurra. Se le puede sacar mucho provecho con algo de creatividad:
El tiempo juega un factor clave en el juego, y aunque es posible hacer “trampa” y retroceder la fecha de la Switch para después hacer pasar los días más rápido, parte de la magia de Animal Crossing es dejar que las cosas funcionen como se supone que deben funcionar, y mientras tanto, hacer las cosas como quieras hacerlas.
¿Te gustan los peces y quieres llenar tu casa de peceras? Hazlo. ¿Deseas tener tu propio jardín privado lleno de flores? Lo puedes tener. ¿Quieres hacer una exposición de fósiles en la playa? ¿Por qué no? Haz lo que quieras en tu isla, ahí no hay pandemias ni cuarentenas, solo frutas, playas y animalitos adorables. Hace falta desconectar de vez en cuando.