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“Honestamente, mis conversaciones con Gates han sido decepcionantes”, dijo el fundador de Tesla en respuesta a un fan que se preguntaba por qué Gates había elegido un Taycan en lugar de un Tesla. El fan se había quejado de que Gates mencionara la autonomía de los coches eléctricos como un problema que puede generar ansiedad en los consumidores.

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Vale, tus conversaciones con Gates fueron decepcionantes, pero “¿puedes saltar sobre una silla?”, preguntó otra seguidora, en referencia al mítico salto vertical de Gates durante una entrevista de la CBS. Musk admitió entonces que la capacidad del empresario de saltar sobre una silla es “bastante impresionante”.

Más allá de su capacidad de decepcionar o impresionar, lo que está claro es que Bill Gates es fan de Porsche. Ya en el año 87, el fundador de Microsoft compró un Porsche 959 en Alemania que no tenía permiso para circular en Estados Unidos. El coche estuvo 13 años en un depósito de San Francisco hasta que el lobismo de Gates dio sus frutos y culminó en la creación de la ley de Show or Display, por la que hoy muchos estadounidenses pueden importar coches que serían ilegales sin la aprobación de la Agencia de Protección Medioambiental.