En el viral del día, dos hombres atraviesan un puente de madera a toda velocidad. Uno se lanza al agua. El otro probablemente se da cuenta de que el lago está lleno de mierda de pato y decide mantenerse al margen. Pero la acción continúa. Tras una épica brazada a contrarreloj, Dave Svorking, el hombre de la camiseta roja, logra salvar a su dron de una muerte segura.
Según el propio Svorking, el dron se quedó sin batería en mitad de un vuelo sobre el lago. Milagrosamente, el empeño del tipo por salvarlo hizo que el sprint hasta la orilla y los metros de crol hasta el punto donde el dron estaba aterrizando valieran la pena. En el último segundo, pudo agarrarlo.
No es la primera vez que vemos un vídeo así. En 2015, un holandés llamado Zwier Spanjer estrenaba su flamante DJI Phantom 2 cuando el dron empezó a descender lentamente sobre un estanque. De nuevo, logró salvarlo.
Aunque parezca absurdo, es un comportamiento normal: los drones de DJI aterrizan automáticamente si el nivel de batería solo da para un aterrizaje en vertical desde la altitud que sea. Pero también ofrecen mecanismos para evitar una desgracia: el usuario puede cancelar el aterrizaje automático y conducir el dron hasta un lugar más apropiado en vuelo estacionario o configurar un punto de origen seguro al que volver automáticamente.
Los problemas llegan cuando el usuario ignora las primeras advertencias de batería baja o no conoce bien esos sistemas de seguridad. También hay un problema añadido al volar sobre agua, y es que los sensores de proximidad pueden fallar cuando calculan la distancia al suelo sobre esta superficie.