Normalmente, las pitón suelen comenzar a engullir por la cabeza de la presa. En el caso del impala, la serpiente comienza a “caminar” por su cuerpo, progresando y moviendo las mitades izquierda y derecha de sus mandíbulas. Además, si aún no está muerto de la asfixia, la vida de la víctima llega a un fin definitivo en el estómago, donde el potente ácido clorhídrico y las enzimas se ponen a trabajar.

Advertisement
Advertisement

Una vez muerto en el interior de la serpiente, el Impala comenzará el proceso de putrefacción, todo ello con la posible llegada gases tóxicos desagradables, de hecho, la serpiente puede llegar a morir desde el entorno gaseoso que se está formando en su intestino.

Por tanto, estamos ante una digestión muy peligrosa, pero si la serpiente sale airosa, el tamaño del animal le permitirá estar alimentada durante varios meses. [IFLScience]