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Científicos demuestran que la salvaje tortura vikinga del águila de sangre fue posible "anatómicamente"

Un grupo de investigadores e historiadores ha determinado que podrían haber practicado este sangriento rito

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Una ilustración grabada en piedra muestra un hombre sobre su vientre mientras que otro clava un arma sobre su espalda. También hay dos águilas contemplando la escena.
Una ilustración grabada en piedra muestra un hombre sobre su vientre mientras que otro clava un arma sobre su espalda. También hay dos águilas contemplando la escena.
Imagen: CC BY-SA 3.0

Los vikingos se ganaron con creces su fama de pueblo feroz y belicoso. Durante varios siglos sembraron el caos por Europa y se labraron una temible reputación con sus sangrientas prácticas. Pero hay una práctica de los vikingos que era tan aterradora que incluso los historiadores han dudado de su veracidad. Sin embargo, unos científicos han decidido dejar de lado los dimes y diretes de los historiadores para responder una pregunta más básica: ¿era posible anatómicamente hacer algo semejante?

La práctica en cuestión se conoce como águila de sangre. Si has visto la serie Vikings o has jugado al videojuego Assassins Creed: Valhalla, probablemente ya sepas de qué te hablo. El águila de sangre era una práctica que consistía en abrir la espalda de la víctima, separar todas sus costillas de la columna vertebral, y exponer los pulmones hacia fuera, imitando la imagen de un águila con las alas abiertas. ¿Lo peor de todo ? Que la víctima estaba con vida durante el proceso.

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A día de hoy no se han encontrado evidencias arqueológicas que demuestren que este ritual se llevase a cabo, y la primera referencia a ello se encuentra en la Saga Orkneyinga, unos relatos escritos por un autor islandés desconocido cerca del año 1200, donde se mezclan hechos históricos que tuvieron lugar en las islas Órcadas (un pequeño archipiélago al norte de Escocia) con relatos mitológicos de la cultura popular escandinava. Este es el principal motivo que invita a pensar a los historiadores que todo se trata de una simple (y sangrienta) fabulación que ayudaba a mantener la despiadada fama de los vikingos.

Pero un grupo de científicos ha buscado una forma más rápida de zanjar esta cuestión. “Nuestro equipo, compuesto por médicos científicos y un historiador, obvió la pregunta habitual sobre si realmente se llevó a cabo el águila de sangre y nos preguntamos si podría haberse hecho. Nuestra respuesta es claramente un sí rotundo”, aseguran los autores del estudio.

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“Comenzamos volviendo a analizar las descripciones medievales del ritual, revisándolas concienzudamente”, explicaba a IFLScience el Luke John Murphy, coautor del estudio y doctor en arqueología en la Universidad de Islandia. “Más tarde repasamos los dos tipos de restricciones a los que se podría haber visto sometida el águila de sangre: los límites del cuerpo humano y los límites del comportamiento humano. Básicamente, “¿se puede hacer esto físicamente?” Y “¿se puede hacer esto socialmente?”.

Después de analizar datos históricos y arqueológicos los investigadores respondieron rápidamente a la segunda pregunta: no parecía tan descabellado que los vikingos pudiesen poner en práctica una violenta tortura como ésta, por lo que se pusieron manos a la obra para dar respuesta a la primera cuestión.

Por medio de avanzados programas de software anatómico, este grupo de científicos pudo demostrar que, al menos, en teoría, era posible llevar a cabo este tipo de castigo.

“Anatómicamente hablando, te sorprendería la cantidad de piel que se puede cortar y extraer sin perder una cantidad significativa de sangre”, explicaba el Doctor Monte A. Gates, otro de los coautores del estudio. “La espalda es bastante grande y hay muchos vasos sanguíneos que suministran sangre a la piel. Pero estos vasos sanguíneos no son demasiado grandes y la primera fase de un águila de sangre —deshacerse de la piel de la espalda— no mataría necesariamente a la persona por una pérdida de sangre. Si ésta muriese por el shock, eso ya es un asunto diferente “, afirmó Gates. Eso sí, la siguiente fase del águila de sangre, que implicaba abrir el tórax de la víctima para extraerle los pulmones, sí implicaba su muerte inmediata.

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Contrariamente a la sabiduría popular, argumentamos que el águila de sangre pudo hacerse durante la era vikinga. Era físicamente posible y reflejaba una obsesión cultural por demostrar honor y prestigio. Es más, su espectacular brutalidad habría asegurado que todos los que escucharan la historia estuvieran ansiosos por contar todos sus detalles sangrientos, tal y como ocurre actualmente” concluían los investigadores.