Pasan los meses o los años, y hasta la más potente de las computadoras comienza a dar muestras de envejecimiento y a hacer sus tareas con mayor lentitud. Afortunadamente, se pueden tomar medidas para minimizar esa lentitud y hacer que el PC siga siendo rápido por más tiempo.
Mantén las aplicaciones y extensiones al mínimo
El software que instalas y sus extensiones suelen ser los primeros responsables de que el sistema comience a ralentizarse. Cuánto más aplicaciones tiene que gestionar el sistema, más recursos tiene que invertir en ello.
Piénsatelo dos veces antes de instalar nada nuevo y pregúntate a ti mismo si realmente lo necesitas o lo vas a usar. Quizá exista un equivalente web o una versión que pueda ejecutar desde un USB. Aparte de para no estorbar al sistema operativo, mantener al mínimo las aplicaciones instaladas es una manera de no llenar el disco duro. La falta de espacio en el disco duro y la lentitud van de la mano siempre.
Todo lo que no uses de forma regular estaría mejor desinstalado. Para las aplicaciones y complementos del navegador sin los que realmente no puedes vivir, asegúrate de limpiarlas a menudo. Para ello es bueno usar aplicaciones como CCleaner
No dejes que ningún programa arranque con el inicio
Muchos programas intentan por todos los medios arrancar al mismo tiempo que tu equipo. Eso hace que arranquen con más facilidad, pero también que el equipo va a tomar más tiempo en iniciar.
Para chequear qué aplicaciones tienes en inicio ve a la pestaña Inicio en el gestor de tareas de Windows o a Usuarios y Grupos dentro de preferencias de Mac OS.
Para ser justos, hay que decir que arrancar desde el inicio les va muy bien a algunas aplicaciones, pero si logras mantener esa lista al mínimo el rendimiento de la computadora se verá muy beneficiado. A veces requiere un poco de prueba y error encontrar los programas que más recursos consumen.
Haz de la seguridad tu primera prioridad
Otra de las causas más habituales de lentitud son las aplicaciones de malware que se cuelan en tu equipo. No se trata tanto de virus como de extensiones indeseadas que recopilan datos para publicidad y programas inútiles que acompañan a otros genuinamente interesantes.
Esto está relacionado con el punto anterior de no instalar nada que no sea necesario, pero el malware no siempre pide permiso para ponerse cómodo en nuestro disco duro. En este caso lo mejor es instalar una suite anti-malware. Las opciones gratuitas están bien, pero a veces gastarse unos dólares en la suite adecuada nos puede ahorrar muchos disgustos. Aunque en Mac no hay tanto malware, los antivirus siguen siendo una opción que merece la pena.
Actualiza todo regularmente
Actualizar tus aplicaciones parece lo obvio, pero es que además ayuda a mantener saludable el sistema operativo parcheando errores de seguridad y (normalmente) optimizando el código. También mejora la compatibilidad con el hardware y el resto de software que tengas en el sistema.
Con las últimas versiones de Windows y Mac OS es particularmente crucial mantener todo actualizado para evitar problemas, que es la razón por la que en muchos casos se actualizan solas.
En Windows, la configuración de actualizaciones está en la parte de Actualizaciones y Seguridad de los ajustes. Se puede acceder a ella desde el menú inicio. En Mac Os se puede encontrar directamente dentro de la aplicación App Store.
Refresca, resetea, repite
Resetear regularmente el equipo a su configuración de fábrica es algo que siempre merece la pena. En el pasado, esta operación había que meditarla mucho porque implicaba una desorbitada cantidad de trabajo, pero las últimas versiones de Windows 10 y Mac OS Sierra hacen el proceso mucho más sencillo. Hasta se puede resetear el sistema sin perder nada de nuestros datos personales.
En Windows, ve a Actualizaciones y Seguridad para comenzar el proceso. En Mac, localiza la utilidad de discos reiniciando el equipo y mantén pulsando Cmd + R mientras reinicia.
Debes asegurarte de que dispones de copias de seguridad de todos tus archivos importantes y de que tienes acceso a copias para descargar y reinstalar cualquier software que necesites. Supone un poco de trabajo, pero devolverá toda la rapidez perdida a tu equipo.