Cuando localizan a su presa, arrancan los hilos de la tela, imitando las vibraciones de un insecto cuando está en apuros. Cuando la araña dueña viene a investigar, la araña pelícano ataca empalando a las desafortunadas “compañeras”, quienes se retuercen sobre esas descomunales mandíbulas.

En el documento de los investigadores el equipo clasificó hasta 26 especies individuales, 18 de las cuales son completamente nuevas. [National Geographic]