Las fibras metálicas de estas estructuras son diminutas (Cada una más fina que un cabello humano) pero son flexibles y una manera ideal de fabricar conexiones complejas para todo tipo de aplicaciones en biología y medicina. Hasta es posible imprimir circuitos sobre un sustrato de gel. Como método de fabricación, en definitiva, abre la puerta a toda una nueva categoría de dispositivos médicos. [vía Universidad de Harvard]

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