Su paso por el Sistema Solar fue muy breve, pero su forma alargada como la de un cigarro y sus extrañas características siguen cautivando a la ciencia. A cada pequeño descubrimiento, el asteroide Oumuamua se vuelve un objeto cada vez más raro. El último hallazgo es que tenía su propio sistema de propulsión.
Un reciente estudio publicado en la revista Nature ha revelado que Oumuamua es un cometa, no un asteroide. Ambos tipos de objeto son remanentes en la formación de los sistemas solares, pero mientras los asteroides suelen estar compuestos de metales y roca, los cometas son un conglomerado de polvo, hielo y rocas.
Cuando viajan lejos de una estrella permanecen inertes, pero a medida que sus órbitas les acercan a una estrella como nuestro Sol, los cometas cobran vida. LA radiación solar calienta su superficie vistiéndolos con una cola brillante de polvo y gas.
Oumuamua se detectó por primera vez en octubre de 2017. El asteroide de 798 metros de largo pasó a 33 millones de kilómetros de la Tierra y después rodeó el sol y salió despedido hacia los confines exteriores del Sistema Solar. La cuestión es que los datos combinados del Hubble y de varios telescopios terrestres de la ESA y la NASA indican que lo hizo a una velocidad mucho mayor de lo esperado.
No se trata de una aceleración tan bestial que sugiera intrervención de nada artificial, pero si ha sido lo bastante apreciable como para que Oumuamua incluso cambie de trayectoria con respecto a la que los astrónomos esperaban.
En el proceso de averiguar qué ha podido provocar esta aceleración, los astrónomos han descartado cualquier error de cálculo en la masa del asteroide y su interacción con la gravedad solar, han descartado el viento solar, y hasta una posible colisión con otro objeto que no hayamos visto.
No, la razón del acelerón del asteroide mas interesante de 2017 es diferente y un poco más exótica. Se trata de la propia gasificación del material de su superficie. Los investigadores han descubierto que la evaporación del hielo en su superficie libera el suficiente gas como para que registre un leve impulso en dirección opuesta al Sol (ya que se provoca precisamente en la parte expuesta).
Los astrónomos descartan que este impulso sea indicativo de ningún tipo de propulsor sujeto al asteroide u oculto en su interior. Su aceleración decrece a medida que se aleja del Sol y la velocidad a la que lo hace es perfectamente coherente con la gasificación de la superficie. Es tan solo el extraño sistema natural de propulsión de uno de los cometas más extraños que hemos tenido la oportunidad de conocer. [vía Nature]