Porque por desgracia, C’Asya no respondió al tratamiento y murió al día siguiente del nacimiento, pero la frecuencia cardíaca y los niveles de oxígeno de Curtis comenzaron a mejorar. El pequeño recibió atención médica constante para ayudarlo a respirar, regular su temperatura corporal y nutrirse, entre otros cuidados.

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Tras tres meses, los médicos pudieron desconectarlo de un ventilador. Según el doctor Colm Travers, profesor asistente de la División de Neonatología que ayudó a cuidar a Curtis:

Curtis desafió todas las probabilidades científicas. La edad y el peso al nacer son dos predictores clave de si un bebé sobrevivirá. Las probabilidades de supervivencia también aumentan si un bebé es mujer, si el bebé es único o si la madre recibió esteroides para ayudar con el desarrollo pulmonar antes del nacimiento del bebé, todos los criterios que Curtis no cumplió.

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Imagen para el artículo titulado El bebé más prematuro que ha sobrevivido nació 132 días antes, y batió el récord Guinness
Imagen: Andrea Mabry/The University of Alabama at Birmingham

Curtis pesó solo 420 gramos cuando nació, aproximadamente una séptima parte del peso de un bebé a término promedio, según ha contado el Guinness World Records. El niño fue dado de alta del hospital nueve meses después, y tras su primer cumpleaños, pasó a formar parte del récord mundial Guinness.

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Por cierto, el poseedor del récord anterior, Richard Hutchinson, nació solo un mes antes que Curtis, a las 21 semanas y 2 días de gestación, el 5 de junio de 2020. Antes de eso, el récord permaneció inquebrantable durante 34 años. [IFLScience]