
A estas alturas, cualquiera que esté lo más remotamente interesado en la tecnología probablemente haya oído hablar del Mate X, el increíblemente caro y flexible teléfono de Huawei que, a pesar de haber llegado más tarde, logró robar toda la atención al Galaxy Fold de Samsung.
El Mate X hasta logró convencer a algunos escépticos de los teléfonos flexibles. Pero eso no me pasó a mi, yo siempre he sido optimista con la tecnología de las pantallas flexibles. Las pantallas plegables no son como los notch. No son solo un escalón que hay de camino a un objetivo más grande, como un teléfono que sea solo pantalla. Las pantallas flexibles tienen el poder de transformar la forma en que las personas crean y diseñan dispositivos completamente nuevos, sobre todo wearables y teléfonos.
Pero después de probar el Mate X, lo que más me sorprendió es que, a pesar de ser la primera generación de esta tecnología, y sabiendo que aun tiene mucho margen de refinamiento, el Mate X era más atractivo en persona de lo que me había imaginado en un primer momento.

Sin embargo, antes de seguir profundizando, tenemos que advertir que de momento vamos a olvidarnos de su coste. Sí, con un precio de 2300 euros (alrededor de $2600), el Mate X es obscenamente caro, y en casi ninguna circunstancia justificará su compra por encima de teléfonos como el Mate 20 Pro o el Galaxy S10, que ya son dispositivos caros de por sí. Los precios altos son algo común entre las nuevas tecnologías. Ten en cuenta que cuando lanzaron en 1983el Motorola DynaTac, el primer teléfono móvil, costó $4.000, y eso sin tener en cuenta la inflación. La tecnología de las pantallas flexibles será cara al principio, y si se mantiene, se volverá más asequible.
Así que volvamos al dispositivo. Desde el momento en que lo cogí, vi que el Mate X se sentía mucho más sólido de lo que podría sugerir su pantalla flexible. Una gran parte de su estabilidad proviene del cuerpo asimétrico del Mate X, que cuenta con una gran barra en el lado derecho que contiene gran parte de las entrañas del teléfono y un puerto USB-C, además de servir para agarrarlo mejor.

Incluso cuando lo sostienes con una mano y lo agitas, la pantalla ni se inmuta, y si lo mueves mucho, puedes doblar la pantalla en la dirección opuesta a la bisagra, pero no es algo que suceda así como así. Huawei también optó por una solución bastante clásica para mantener el teléfono bien cerrado al doblarlo por la mitad: un simple botón debajo de la triple cámara del Mate X.
Se trata de una incorporación sorprendente. Ahora cada vez más teléfonos se inclinan hacia la simplicidad (y algunos incluso se jactan de no tener ningún puerto). Y en este caso funciona. El clic que escuchas cuando cierras la pantalla del Mate X es una sonora y satisfactoria señal que te permite saber que tu pantalla está cerrada.
Huawei también trabajó en el software del Mate X para que, independientemente de si estás usando la aplicación de la cámara, navegando por Internet o revisando tu calendario, la transición que hay entre usar la mitad de la pantalla y el modo a pantalla completa es bastante suave . A diferencia del FlexPai de Royole, no hay saltos o glitches al pasar de un modo a otro.
En el modo a una mano, el Mate X no se siente muy diferente a un dispositivo normal. Gracias a los paneles reforzados que se encuentran detrás de la pantalla, la pantalla no es blanda como le ocurría a las antiguas pantallas de la Nintendo 3DS, y la manera en que la pantalla se curva hacia un lado cuando la pliegas da casi la misma impresión que los teléfonos actuales con pantallas redondeadas de cristal “3D”.
En cuanto a la propia pantalla, se ve muy bien. Los colores son vivos e intensos, y para las personas que les guste sacar fotos con una tablet o que simplemente no tienen una gran vista, usar la cámara o ver las fotos en la pantalla de 8 pulgadas del Mate X es un verdadero placer. Para tratarse de un dispositivo pionero en su clase, no parece tener los problemas habituales.
Dicho esto, todavía hay varias preguntas importantes que el Mate X deberá responder, sobre todo respecto a la durabilidad de la pantalla a largo plazo. Cuando Samsung probó por primera vez su pantalla flexible Infinity Flex el año pasado, la compañía hizo hincapié en todo el trabajo que costó crear una nueva capa OLED flexible, un polarizador ultra delgado e incluso nuevos tipos de adhesivos flexibles que permitirían al teléfono doblarse miles de veces sin problema.

Huawei ha hecho afirmaciones similares sobre el Mate X, pero a diferencia de Samsung, ha dado muchos menos detalles sobre cómo hicieron la pantalla del Mate X o de dónde proviene. Cuando le pregunté a Huawei más detalles sobre el origen de la pantalla del Mate X, me respondió un portavoz que Huawei no revela los nombres de sus proveedores. En total, solo un puñado de compañías en todo el mundo pueden hacer pantallas flexibles, y sabiendo con seguridad que Samsung no es la empresa responsable de la pantalla del Mate X, solo nos quedan unos pocos proveedores como LG o TCL.
Sin embargo, hay un escenario que sugiere que incluso sin la participación directa de Samsung, las pantallas del Mate X y el Galaxy Fold pueden estar usando la misma tecnología. A finales de 2018, un proveedor de Samsung fue atrapado y acusado de robar tecnología sobre pantallas flexibles y venderla a un fabricante de pantallas chino. Varios rumores afirmaban que el fabricante de pantallas era BOE, un fabricante conocido por suministrar componentes para dispositivos Huawei.

Desconocer el origen de la tecnología puede ser motivo de preocupación para aquellos a los que les preocupe la durabilidad, y hay algunos indicios de que el Mate X podría tener problemas con eso. Huawei tenía varios Mate X de prueba y algunos de ellos tenían una sospechosa arruga en el medio de su pantalla. Esto hizo que más de uno cuestionase la durabilidad de estos dispositivos.
Aunque la arruga en sí podría no ser un problema, porque cuando se ve de frente o desde un ángulo no muy pronunciado, no se puede ver la arruga. Tampoco vi esa arruga en todos los Mate X que vi, aunque eso resulta muy sorprendente, ya que algunas unidades tenían mucho más uso que otras.
La otra preocupación es que debido al uso de plástico en vez de vidrio para la capa protectora superior de las pantallas flexibles, podrían ser más propensos a golpes. En cualquier caso, hasta que no estén disponibles estos dispositivos como el Mate X o el Galaxy Fold, no sabremos cómo de duros son estos teléfonos flexibles.
También es una incógnita las afirmaciones que hace Huawei sobre la capacidad 5G del Mate X, que supuestamente puede alcanzar velocidades de descarga de hasta 4,6 Gbps en una red inferior a 6GHz. De ser cierto, sería el doble de la velocidad máxima de descarga que puedes obtener con el módem X50 5G de Qualcomm, aunque, como señaló el analista Patrick Moorhead en Twitter, solo algo que se ejecute en la onda milimétrica 5G podría alcanzar velocidades de transferencia tan altas.

Pero incluso con estas incógnitas, lo que Huawei mostró en el MWC con el nuevo Mate X fue algo revolucionario. Y ahora estoy más convencido que antes de que, a diferencia de los televisores 3D y el LaserDisc, los dispositivos con pantallas flexibles no son solo una moda. Solo espero que para cuando los dispositivos flexibles se vuelvan asequibles, la mayoría de los problemas estén resueltos para entonces.
El Mate X saldrá a la venta en junio, dos meses después de que Samsung lance el Galaxy Fold.