
Llevamos algún tiempo esperando que Motorola regresara a la gama alta, y aunque han tenido intentos muy interesantes, todavía quedaban un poco rezagados bajo el capó en cuanto a potencia. El Moto G100 ha llegado para cumplir en eso, acompañado de la posibilidad de “transformarse” en un PC.
En efecto, y desde ya mismo lo digo, el Moto G100 es el mejor smartphone que ha hecho Motorola hasta la fecha. Me refiero a “el mejor” como el que más cumple, el más redondo, y uno que tiene un acercamiento a la gama alta enfocado en dos aspectos: un gran procesador y la posibilidad de hacer más cosas con el smartphone, que simplemente usarlo como smartphone. Es, sin lugar a dudas, una apuesta muy interesante, en especial si tomamos en cuenta su precio de 500 euros en España o 90.000 pesos en Argentina, bastante atractivo para estas especificaciones. Sobre todo, para su procesador y su GPU.

El Moto G100 lleva en su interior un procesador Qualcomm Snapdragon 870, que si bien no será el más potente de Qualcomm actualmente (ese sería el 888), si se encuentra entre la gama alta, y acompañado de 8 (o 12) GB de memoria RAM y una GPU Adreno 650, ofrecen un muy buen rendimiento y una batería muy generosa, como ya nos tiene acostumbrados Moto (en el caso del G100 en mis pruebas, de unas 32 a 38 horas de autonomía, dependiendo del uso).
Ese rendimiento se traduce a la posibilidad de jugar a los juegos más exigentes en la actualidad, con una configuración gráfica en “Alto” o incluso en “Ultra” en algunos casos, y que el teléfono no tenga problemas en ejecutarlos, en darnos una fluidez necesaria en juegos como Call of Duty Mobile, por mencionar un ejemplo. Además, se agradece la tasa de refresco de 90 Hz que ha incluido Moto en esta pantalla de 6,7 pulgadas (2520x1080 píxeles), más que necesaria en un teléfono como este.
Y como ya he mencionado anteriormente, una vez pruebas una tasa de refresco de 90 Hz o superior, cuesta un poco volver atrás.

Pero del rendimiento del teléfono ya continuaremos hablando algunas líneas más adelante, cuando analicemos eso que Motorola llama “Ready For”. Por ahora, hablemos del diseño y las características externas del teléfono.
De nuevo, Moto apuesta por una parte trasera de plástico con un diseño en parte tornasol, que cambia un poco su color dependiendo de la luz a su alrededor. Su pantalla, aparte de ser grande y tener una buena tasa de refresco y resolución, falla un poco en materia de brillo. Durante mis semanas de pruebas no tuve problemas en ver el contenido en pantalla, pero bajo el efecto directo de una intensa luz del Sol claramente no se ve tan bien como se ve bajo la sombra.
Pero también entiendo que en un teléfono con un procesador de gama alta y un buen sistema de cámaras, Motorola ha tenido que tomar algunas decisiones para reducir el precio y poder mantener esos 500 euros o 90.000 pesos argentinos (y precios similares en otros territorios). El plástico en la parte trasera, por ejemplo, es una de esas decisiones.

Quizás mi único problema real con el diseño externo del Moto G100 es la elección de incluir el lector de huellas dactilares en el botón de encendido. No digo que esté mal, de hecho, ¡funciona muy rápido! Pero personalmente siempre preferiré el lector de huellas directamente debajo de la pantalla o, en su defecto, en la parte trasera, como es el caso de otros teléfonos de Motorola. El que se me desbloquee el teléfono solamente cuando quería encender la pantalla para ver las notificaciones puede parecer una tontería, pero se convierte en una pequeña molestia. Al menos para mi. Afortunadamente, el G100 cuenta con otros sistemas de desbloqueo, desde el típico y clásico patrón hasta el desbloqueo mediante detección de rostros, que funciona bien.
Modo Ready For
Una de las características más interesantes del G100 es que es el primer teléfono de Motorola en incluir la plataforma “Ready For”, lo que básicamente se traduce en la posibilidad de “transformar” el G100 en una de varias cosas: una computadora de escritorio, una consola de videojuegos, un sistema multimedia de streaming o una especie de cámara y sistema para videoconferencias.
Es cierto, Motorola no es la primera empresa en permitir transformar tu smartphone en algo mas. Esto ha sido posible desde hace muchos años; de hecho, recuerdo hace ya unos 10 años al Motorola Atrix, que se podía comprar un “dock” en forma de laptop e introducir el teléfono para transformarlo en una computadora portátil. Qué tiempos aquellos.

Lo que hace interesante a “Ready For” es lo simplificado que ha hecho este proceso Motorola. Solo hace falta conectar el G100 a una pantalla mediante un cable HDMI (que viene incluido con el teléfono) y listo, el teléfono te ofrecerá cuatro opciones, los cuatro modos que puedes usar. En la imagen que acompaña estas líneas se me puede ver utilizando el modo escritorio en el G100 con Ready For junto a un teclado y un mouse inalámbricos, lo cual me permitió trabajar como si estuviera en una laptop.
También pude probar el G100 conectado a una pantalla mediante Ready For y a un control de Xbox, jugando a juegos como el Genshin Impact y el Call of Duty Mobile en una pantalla grande y con un control, lo que es muchísimo más cómodo que usar los controles en una pantalla táctil.
En definitiva, dudo mucho que alguien reemplace su PC con un G100, o con cualquier smartphone o tablet, pero lo bueno de Ready For es que permite, de una manera rápida y sencilla, utilizar al G100 como algo más cuando lo necesites. Por ejemplo, el modo “televisión” permite conectarlo a una TV y ver series o películas mediante streaming, o quizás tus videos y fotos de un vioaje (¿se acuerdan de los viajes? Eso que hacíamos antes de la pandemia). El modo Ready For suma posibilidades interesantes al teléfono y, lo mejor de todo, es que no requiere de docks o accesorios costosos, más que un cable, quizás un teclado inalámbrico o un adaptador USB–C a USB y un monitor o pantalla que seguramente ya tienes en tu casa.
Cámaras
El Moto G100 cuenta con un sistema de cuatro cámaras en su parte trasera, incluyendo un sensor principal de 64 MP con autofoco láser, un sensor ultra gran angular de 16 MP, un sensor para profundidad de 2 MP y un sensor TOF. Su cámara frontal es un sistema dual que incluye un sensor principal de 16 MP y un sensor ultra gran angular de 8 MP, ideal para amplicar un poco el ángulo al momento de tomar selfies grupales, por ejemplo.

Los resultados que ofrece el sistema múltiple del G100 son bastante buenos, en especial en condiciones de buena iluminación. El sensor principal produce imágenes muy detalladas y colores vivos, pero sin ser exagerados; los colores se sienten naturales. El sensor de ultra gran angular también da buenos resultados, aunque en algunas fotos se me hizo necesario un segundo intento para mejorar la exposición. Por otro lado, el Moto G100 cumple y satisface como cámara point and click, algo que es muy importante. Porque si bien es bueno contar con más opciones profesionales y específicas al momento de tomar fotos, también es necesario que solo haga falta abrir la cámara, apuntar, enfocar y capturar para obtener una buena foto.
Donde noté faltas en materia de fotografía fue, de nuevo, en condiciones de poca luz. No obstante, Motorola ha mejorado mucho en esta materia. Y es que en varios teléfonos de la marca que he probado ese ha sido el fallo principal en fotografía. El Moto G100 no lo soluciona por completo, pero sí que da uno o dos pasos hacia adelante en la materia. Además, aunque no cuenta con un sensor dedicado para macros, pude obtener buenos resultados gracias al software de la cámara de Moto cuando realicé pruebas acercándome mucho al objeto que iba a fotografiar.
Conclusiones
En definitiva, el Moto G100 es el mejor smartphone que ha hecho Motorola hasta la fecha, aunque mi modelo favorito de los últimos años siga siendo el Moto Edge. El G100 tiene la potencia suficiente para dar cara a muchos de sus rivales en la gama alta, pero un precio mucho más asequible, algo posible gracias a ser un poco más sencillo en otros rincones.
Ya lo comentaba cuando analicé el Moto G30, otro de los miembros de la nueva familia “G” de la compañía. Este 2021 vimos un antes y después para esta línea, con una nueva generación que incluye modelos desde los más económicos y sencillos, hasta este, el primer Moto G de gama alta. Es el año en el que los “G” han evolucionado, y el G100 es un buen ejemplo de ello.