
El Telescopio Espacial Webb ha descubierto recientemente uno de los más de 1,1 millones de asteroides que hay diseminados por nuestro sistema solar, y lo ha hecho a nada más y nada menos que a una distancia de unos 100 millones de kilómetros. Este asteroide es relativamente pequeño, lo que lo convierte en un elemento perfecto para testar la agudeza visual del nuevo observatorio espacial.
Este asteroide mide entre 100 y 200 metros de ancho, unas medidas que lo ponen a la par del conocido asteroide Dimorphos o, por llevarlo a una escala terrestre, del Coliseo Romano. Dimorphos es aquel asteroide que consiguió desviar la NASA con su misión DART el pasado septiembre.
Estos dos objetos son bastante pequeños para los estándares de los asteroides. Estas rocas espaciales pueden llegar a tener hasta 1000 kilómetros de ancho, pero este asteroide se encuentra entre los más pequeños que hemos detectados nunca en el cinturón principal.
El Webb y el telescopio espacial Hubble observaron las secuelas del impacto de la sonda DART, lo que demuestra que los telescopios espaciales pueden observar cuerpos así de pequeños. Pero Dimorphos y su asteroide compañero, Didymos, están a tan solo 9,6 millones de kilómetros de distancia. El asteroide que acaba de fotografiar el Webb está casi 10 veces más lejos.
Los investigadores que hicieron este descubrimiento no estaban buscando este asteroide, sino que estaban revisando los datos de calibración de uno de los instrumentos del Webb en busca de imágenes de un asteroide del cinturón principal llamado 10920 1998 BC1, que había sido descubierto hace 25 años. Fue ahí cuando se toparon con este diminuto asteroide.

“De manera completamente inesperada, detectamos un pequeño asteroide en las observaciones de calibración de la cámara MIRI que se encuentran disponibles”, dijo Thomas Müller, astrónomo del Instituto Max Planck en un comunicado de la ESA.
Para confirmar que el objeto es de hecho un asteroide previamente desconocido, el equipo realizará estudios de seguimiento en algunas de las estrellas que aparecen en la imagen tomada por MIRI para tener una mejor idea de la órbita de este objeto. Esos estudios pueden revelar objetos planetesimales aun más pequeños y que desconocíamos hasta el momento.
“Este es un resultado fantástico que destaca las capacidades de MIRI para detectar por casualidad un tamaño de asteroide que no habíamos sido capaces de detectar en el cinturón principal”, dijo Bryan Holler, científico de apoyo del Webb del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial. “Estamos esperando para programar la repetición de estas observaciones, y estamos seguros de que aparecerán nuevos asteroides desconocidos en esas imágenes”.
Las observaciones intencionales de cuerpos muy pequeños podrían hacer en un futuro que el Webb detecte asteroides de menos de un kilómetro de diámetro, explicaba el comunicado de la ESA.
El Webb ha sido diseñado para ver con claridad a través de nuestro universo, apuntando hacia algunas de las luces más antiguas que están a nuestro alcance, pero resulta maravilloso que también sea capaz de ver objetos tan pequeños.