Cuando se habla de exuberancia soviética del pasado en clave militar, casi siempre se nombra a ese híbrido fallido, mitad avión, mitad barco, que se denominó Ekranoplano. Un fascinante y monstruoso esfuerzo cuyo único modelo en vida para la batalla parece estar viviendo sus últimos momentos varado en una playa del mar Caspio.
La curiosidad en torno a estas máquinas residía en que, en vez de volar, prácticamente no salía de la influencia del efecto suelo, es decir, a pocos metros de altitud, volando sobre un colchón de aire como un aerodeslizador.
Para que nos hagamos una idea, su modelo más conocido es una máquina de nada menos que 544 toneladas, 106 metros de longitud y 42 metros de envergadura. Un híbrido que podía alcanzar una velocidad máxima de 400 km/h gracias a sus diez motores que lo elevaban pocos metros sobre el agua.
Sin embargo, había un problema: si superaba los 3 metros se perdía el control. De hecho, el modelo oficialmente se perdió en un accidente tras una ráfaga de viento que lo desestabilizó.
Cuentan los historiadores que los soviéticos llegaron a construir varios prototipos, aunque solo uno estaba destinado a los conflictos bélicos: el ekranoplano clase Lun MD-160 que llevaba misiles.

Este híbrido gigante fue diseñado en 1975 por Rostislav Evgenievich Alexeyev, un destacado desarrollador de naves hidroalas y vehículos de efecto suelo. Alexeyev usó un colchón de aire debajo de sus alas gigantes para flotar a unos metros sobre el agua, lo que dificultaba su detección. Se construyó como parte del programa soviético WIG, que se remonta a la Guerra Fría de 1960, y fue el único ekranoplano clase Lun que se completó y equipó con misiles supersónicos.

El avión experimental recibió su apodo de la CIA. Cuando las fotos de satélites espías revelaron este gigante con “KM” estampado en las alas, lo llamaron Kaspian Monster, cuando en realidad las letras significaban Korabl-Maket (Prototipo de Barco).
De aspecto futurista, el MD-160 se retiró a finales de la década de 1990 y desde entonces había estado abandonado en una base naval rusa. El 31 de julio, el vehículo se remolcó para mudarse a Derbent, Daguestán, con planes de convertirse en una atracción turística como parte de un parque-museo.
Sin embargo, en un giro de los acontecimientos inesperado, cuando el híbrido llegó las autoridades se dieron cuenta de que no había dónde colocar al gigante. Oficialmente cuentan que, buscándole sitio en un traslado, el híbrido se soltó de su atadura al barco.
Sea como fuere, el único ekranoplano en su tipo ha estado desde agosto varado en la costa del mar Caspio, y ello a pesar de varios intentos de los lugareños por llevarlo a tierra firme.
Muchas de las espectaculares imágenes que vemos del triste final que está teniendo el ekranoplano pertenecen a la fotógrafa y exploradora Lana Sator, quien al enterarse de la historia no dudó en viajar hasta la zona para averiguar si realmente existía un imponente “monstruo del mar Caspio” cual ballena varada en la costa. [The Vintage News, Wikipedia]