Kleopfer explica que el problema es que ambas cabezas son capaces de controlar el cuerpo, lo que resulta en un movimiento descoordinado. Esto no solo hace que sea difícil para cazar presas, sino que del mismo modo resultan más fáciles de atrapar. Por el contrario, bajo el cuidado de expertos las serpientes bicefálicas pueden vivir vidas duraderas.

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En cuanto al ejemplar encontrado, se trataba de una serpiente muy joven, de tan solo dos semanas de edad y unos 15 centímetros de largo. Por ahora, al pequeño reptil no le está yendo nada mal.

Según el experto: “Gracias al Wildlife Center of Virginia pudimos determinar que la cabeza izquierda tiene el esófago dominante y que la cabeza derecha tiene la garganta más desarrollada para comer”, zanja. [ScienceAlert]