Ocurrió en Virginia. Una mujer se encontró en el jardín de su casa una serpiente. Hasta aquí todo más o menos “normal” si no fuera porque el animal no tenía una, sino dos cabezas en un solo cuerpo. Se trata de un hallazgo increíblemente raro, más de lo que ya parece.
Lo que la mujer encontró fue una serpiente cabeza de cobre (Agkistrodon contortrix), una víbora venenosa de la familia Viperidae que habita en Estados Unidos y México.
Las serpientes de dos cabezas o bicefálicas aparecen muy de vez en cuando. Su formación se produce a través del mismo proceso que los gemelos unidos en humanos: un solo cigoto se divide en dos como si se tratara de gemelos idénticos, pero no acaba de llegar del todo.
Sin embargo, como explica el investigador John D. Kleopfer, “su aparición en la naturaleza es excepcionalmente rara, porque simplemente no viven tanto”.
Kleopfer explica que el problema es que ambas cabezas son capaces de controlar el cuerpo, lo que resulta en un movimiento descoordinado. Esto no solo hace que sea difícil para cazar presas, sino que del mismo modo resultan más fáciles de atrapar. Por el contrario, bajo el cuidado de expertos las serpientes bicefálicas pueden vivir vidas duraderas.
En cuanto al ejemplar encontrado, se trataba de una serpiente muy joven, de tan solo dos semanas de edad y unos 15 centímetros de largo. Por ahora, al pequeño reptil no le está yendo nada mal.
Según el experto: “Gracias al Wildlife Center of Virginia pudimos determinar que la cabeza izquierda tiene el esófago dominante y que la cabeza derecha tiene la garganta más desarrollada para comer”, zanja. [ScienceAlert]