Los nanotubos de carbono son diminutas estructuras cilíndricas formadas por una lámina monomolecular de grafito. Hasta ahora, eran uno de los supermateriales más prometedores por sus increíbles propiedades térmicas, eléctricas y mecánicas. Desde hoy, también son un nuevo motivo de estudio para la medicina.
Un equipo de investigadores de la Universidad Paris-Saclay, en Francia, ha encontrado nanotubos de carbono en un lugar inesperado: los pulmones de 64 niños aquejados de asma en París.
El motivo de la investigación de Fathi Moussa y su equipo era precisamente obtener más información sobre un estudio de 2008 en el que los nanotubos de carbono producían una respuesta inmunológica similar al asbesto al ser inyectados en ratones.
Diferentes formas de nanotubos de carbono. Foto: Mstroeck / Wikimedia Commons
No son tóxicos
De momento, la comunidad científica considera que los nanotubos de carbono no son tóxicos para el ser humano al ser inhalados. La razón es que su diminuto tamaño les impide fijarse y causar daños como lo hacen las fibras de asbesto, un material usado en aislantes pero hoy prohibido por ser un reconocido agente cancerígeno.
El problema es que, en cinco de estos niños, los nanotubos se han localizado dentro de macrófagos, que son las células del sistema inmune encargadas, entre otras cosas, de limpiar los pulmones. Aunque no se ha podido establecer una relación causal entre nanotubos de carbono y asma, Moussa cree que los nanotubos dentro de los macrófagos les impide hacer bien su trabajo, lo que contribuye a empeorar el asma.
¿De dónde vienen estos nanotubos? la respuesta es de la propia contaminación. Las estructuras son habituales en los escapes de los coches y en la contaminación por quema de combustibles fósiles. Los investigadores creen que no hay aún ninguna razón para la alarma, pero es necesario continuar las investigaciones. [EBioMedicine vía New Scientist]
Foto de portada: Contaminación sobre París. Foto: krivinis / Shutterstock
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