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Finalmente, los 26 representantes de empresas convocados por la GSMA han optado por la prudencia (esté fundada o no) y han cancelado la celebración del Mobile World Congress de 2020. La decisión no está exenta de polémica y abre la puerta a un sinfín de problemas. El gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona han presionado hasta el final para mantener un evento que especialmente importante para Barcelona porque deja alrededor de 500 millones de euros cada año y genera no pocos empleos. Por otra parte, la OMS no ha declarado aún una alerta sanitaria que justifique la cancelación de cara a las compañías de seguros. Eso significa que tendrá que ser la propia GSMA la que indemnice a las compañías que sí iban a asistir a la feria después de todo. [GSMA vía Bloomberg]