Cuando los conservadores del Museo de Historia Natural de Toulouse vieron llegar aquel extraño cráneo con cuatro enormes colmillos no daban crédito. El fósil era una joya de la paleontología, pero esa joya se tomó su tiempo en dejarse ver. Su propietario la mantuvo escondida casi tres años.
La pieza es un cráneo de Gomphotherium pyrenaicum, un antepasado de los elefantes modernos que se paseó por lo que hoy es el Pirineo Francés hace entre once y trece millones de años. La pieza está en un estado de conservación tan bueno que permitirá a los paleontólogos analizar la especie como nunca se ha hecho antes.
El caso es que el cráneo no llegó inmediatamente a manos de los conservadores. Permaneció escondido alrededor de tres años en la casa de un granjero francés que fue el que lo encontró en un terreno de su propiedad. El granjero, cuyo nombre no se ha dado a conocer, decidió esconder la pieza por miedo a que su terreno se llenara de buscadores de fósiles y aficionados a la paleontología escarbando aquí y allá.
Tras mucho pensárselo, finalmente la curiosidad pudo con la prudencia y el granjero acudió al museo con el peculiar cráneo. Los paleontólogos profesionales del museo han examinado el terreno pero no parece haber más restos del animal. En cierto modo, la actuación del granjero ha sido providencial. Los coleccionistas de fósiles a menudo se reservan para sí piezas que podrían arrojar muchos datos nuevos en manos de un científico. [vía Science Alert]