Como las notas captadas eran infrasonidos que estaban muy alejados de nuestro espectro audible, tuvieron que ser escaladas a 57 y 58 octavas por encima de su frecuencia original. El resultado es el audio que puedes escuchar justo arriba y que parece sacado directamente de una película de terror.

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Puede parecer que esto de la sonidificación es una especie de curiosidad sin más, pero es una técnica que puede ayudar a los astrónomos a descubrir más detalles secretos de nuestro universo.